EL MIEDO COMO FACTOR PSICOLOGICO DE GUERRA
El General Karl von
Clausewitz en su obra magna,“Vom Krieg” (De la Guerra), que constituye La
Biblia de los analistas de los métodos más eficaces para aniquilar a sus
enemigos y destruir bienes y haciendas, expresa la importancia de la guerra psicológica y la concreta en el
fomento del miedo en el enemigo, especialmente en su retaguardia En el argot
militar son los civiles que atienden la intendencia de las tropas en el frente.
Ejemplos paradigmáticos son los bombardeos de nucleos como Otxandio, Durango y
la más conocida: Gernika. Fue la obra maestra del Freiherr von Richthofen, al mando de la Condor
Division, que arrasó la totalidad de la villa foral y causó la muerte de la tercera parte de la población
civil. Esa táctica experimentada con éxito en Euskal Herria sirvió de pauta
para los bombardeos de Londres por la Luftwaffe y la destrucción de Leipzig, Dresden
Hamburgo, Núrneberg o Berlín por parte
de los aliados. Bien, pues Clausewitz señala que la actuación en la retaguardia es esencial. Las trincheras,
los cañones y el frente es solo la escenografía necesaria, pues de lo que se
trata es de crear el pánico entre la población civil, ya que afecta
a la moral de las tropas en el frente
preocupados por sus familias y haciendas. Hay que aniquilar a la población
civil para desmoralizar al enemigo, dice Clausewitz, fomentando el miedo. El
miedo se logra con la amenaza, pero es necesario dosificarlo, porque en exceso puede
suceder que la población lo pierda y el
factor psicológico sea ineficaz. En ese caso, el dominio del miedo es la
iniciación del triunfo y la derrota del poderoso. Los catalanes han perdido el
miedo a las amenazas de Madrid con leyes represivas, con detenciones y con legiones
de policías actuando con desconocida brutalidad para causar el pánico en la población y evitar
que fueran a votar. No es que no sintieran miedo, pues el miedo es el instinto
de supervivencia, es que supieron dominarlo y lo expresaron enfrentándose a la
saña policial que causó mil heridos identificados e innumerables que soportaron
las palizas como contribución a la causa de la libertad. A partir de ese momento en el que el miedo
está dominado, las amenazas sólo
soliviantan: ni siquiera los tribunales más rigurosos, los jueces y
fiscales más fanáticos o los medios de información menos imparciales son
capaces de dominar a un pueblo que tiene conciencia del momento trascendental
que está viviendo: jugarse la independencia. Como la fase de miedo no ha hecho
efecto, no es descartable que Madrid haga
algún alarde con mayor fuerza, aunque
con el pie en el freno, pues están los inoportunos fotógrafos aficionados que
suben a la red las imágenes de las
hazañas de las descontroladas huestes policiales y se vean asediadas por la población que dominado
el miedo y que se enfrenta a ellos con las manos en alto, con claveles y
cantando Els Segador y se difundan por Europa y el mundo democrático
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