sábado, 30 de abril de 2016

TRES JUECES DE LA AUDIENCIA NACIONAL ACUSADOS DE MENTIR



TRES JUECES DE LA AUDIENCIA NACIONAL  ACUSADOS DE MENTIR
La Fiscalía Anticorrupción acusa a tres jueces de la Audiencia Nacional de mentir para exculpar a un mando  policial. Se trata de un caso  más que muestra el oscuro entramado de la administración de  justicia que explica el escaso prestigio que tiene entre la ciudadanía. Aunque se vislumbra un tenue destello  de que los jueces con criterio e independencia han empezado a cumplir con los principios de derecho que debería ser el fundamento de su profesión. Es imprescindible que se inicie la aplicación  de las leyes también a los jueces y que se denuncien los comportamientos abusivos que hasta ahora eran lisa y llanamente ignorados por sus órganos rectores porque en último extremo son indultados para proteger y librar a los corruptos de delitos que esporádicamente se  sancionaban. La impunidad en sus sentencias favoreciendo al poderoso capaz de influir en los jueces parece que ha empezado a ser denunciada entre ellos porque ese es el deber ineludible ante cualquier indicio de delito, pues de otro modo incurrirían en prevaricación. El calvario de los jueces se inicia con motivo de la declaración  no ajustada a derecho la Doctrina Parot por el TEDH. que obligó a la justicia española a rectificarla y dejar libres a presos a los que se les aplicó “indebidamente”, aunque se resistieron con argumentos peregrinos, además el Tribunal Supremo tiene pendientes de sentencia recursos de presos a los que no se les ha aplicado  la interpretación del TEDH a causa  de los grupos de presión que dominan la justicia.. La situación de los jueces se les  había convertido en irrespirable, pues comprendieron que el sistema judicial español no se ajustaba a los principios generales del derecho y los jueces  jóvenes pusieron pies en pared,   empezando por emitir sentencias  que desagradaban a los tribunales superiores  compuestos por jueces  nombrados por  políticos en función de su ideología, por tanto la independencia judicial, salvo excepciones notorias, era sólo un bello slogan sin aplicación práctica. En realidad las sentencias sobre asuntos de contenido político han venido siendo para los acusados  una lotería pues de su redacción argumental se puede extraer la conclusión que se puede justificar tanto la inocencia como la condena sin tener que hacer profundas reflexiones. El caso que se enuncia representa un hecho inesperado, pues si existe un tribunal `politizado es la Audiencia Nacional y que tres jueces sean denunciados por favorecer a un mando policial debería  influir en la opinión pública por su gravedad.


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