lunes, 18 de abril de 2016

"BANCOCRACIA"



BANCOCRACIA”
Este es el título del libro escrito por Eric Toussaint, portavoz de CADEMT (Plataforma de Auditoría Ciudadana de la Deuda) , que debería ser de  cabecera de quienes deseen profundizar en el conocimiento de la situación catastrófica en la que se hallan empantanado los países a consecuencia de la política seguida para salvar de la quiebra a las entidades financieras y para entender lo que se esconde detrás de la gigantesca deuda pública que han acumulado para retrasar la ya inevitable declaración de insolvencia del sistema financiero mundial. A los efectos de conocer el problema, origen y dimensión  de la deuda pública, el autor señala que ésta debe ser legítima, legal y sostenible y que de lo contrario no es obligatorio pagarla, a pesar de que los acreedores pretenden que toda deuda debe pagarse siempre. Define que es ilegítima cuando va contra el interés general y a favor de particulares, por ejemplo la que se origina para salvar bancos privados responsables  que no proviene de rescatar a la ciudadanía de la crisis. La ilegal es la generada sin respetar las leyes, como la construcción de una infraestructura contratada por vía de la corrupción, aceptando sobrecostos  o comisiones ilegítimas. Es insostenible cuando un estado o municipio se halla sobreeendeudado porque acumula deuda ilegítima e ilegal y para pagarla  incapacita al estado o al municipio para garantizar los servicios públicos a la ciudadanía de una manera adecuada y de calidad.  Afirma que es imprescindible que los gobiernos se sometan a un control de sus movimientos financieros por medio de auditorias rigurosas e independientes. Que es sospechoso que los gobiernos no deseen ser controlados por medio de auditorias, pues evidencian que algo esconden. La deuda ilegal debe ser denunciada ante los tribunales. Claro que el problema reside en el político que se ve ante la obligación de declarar ilegal e ilegítima la deuda, pues sabe que se va a enfrentar a todo el sistema financiero mundial y tendrá que soportar la presión, pues los mercados no le prestarán dinero y será declarado en quiebra. Un ejemplo es el caso de Grecia, que ha sido obligada a comprometerse a imponer recortes severos que se sabe que no serán la solución, pero que se trata de disciplinar a los países rebeldes cuyos dirigentes han sido elegidos democráticamente y llevaban en sus programas electorales la política de control de la corrupción


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