LOS CUENTOS CHINOS DE LA “CHE”
La
Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), es un organismo inoperante, pero miente en todo. Parecería que la catástrofe que se ha producido como
consecuencia de las inundaciones no tuviera relación que este organismo. Engañan
a los que viven en los pueblos a lo largo de los que se fluyen las aguas, avisándoles
de que el nivel de la crecida de las aguas será inferior al real. Tiene en proyecto obras faraónicas desde
hace muchos años, pero aun sin iniciar. A su carencia de dinamismo se le añade
una ignorancia supina sobre hidrología.
En su megalomanía, el proyecto consiste en construir diques de
contención, canalizaciones de zonas inundables y profundizar en las partes del río más sensibles. Según ese criterio, había que construir defensas
desde el nacimiento hasta la desembocadura y además, sin la mínima seguridad de
que en avenidas excepcionales no se
desbordará. En la CHE no parecen entender que
cuando el cauce se colma, el agua necesita salir como sea, llevándose por
delante todo lo que encuentra. Simple cálculo aritmético: si por el caucel
pueden fluir 2000 m.
cub./ seg., por mucho que se empeñen no podrán pasar 2500 y la catástrofe es
inevitable. Tampoco se explican que la
naturaleza ha formado las riberas para que las aguas puedan correr por ellas
con la extensión necesaria para evacuar su caudal. Pero es que la historia
humana es una sucesión de espacios que han sido ocupados a su cauce natural,
por tanto, el río exige periódicamente disponer de sus lechos, en consecuencia,
quienes los ocupan saben lo que arriesgan. Aunque es una necesidad
biológica, saben que sus asentamientos son precarios.. La historia del Ebro y sus trágicos
desbordamientos, por frecuentes, pero por previsibles, deberían exigir a la CHE el replanteamiento de las condiciones de vida
en la cuenca, pero con criterios racionales, respetuosos con la naturaleza y
con la voluntad de evitar a los ribereños los constantes y temibles desbordamientos
que tanto dolor causan y arruinan sus modestas economías agrarias familiares.
Pero aun es más desesperante la
ineficiencia de los responsables a la
hora de las soluciones urgentes y de
tramitar las indemnizaciones a los perjudicados, Que no son graciables, les son debidas legalmente.
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