SPAIN IS DIFERENT
El Gobierno ha decidido enviar 350 militares a Irak para
adiestrar a miembros del ejército para
luchar contra el ISIS. En contraste con la nula colaboración del Gobierno con
los países asolados por el ébola a los que no ha enviado ni un solo sanitario,
salvo los misioneros y la ONG Médicos si Frontera que han actuado movidos por sus
sentimientos humanitarios. Lo paradójico es que se ayuda a enseñar a militares
a matar seres humanos, pero no se envía expertos sanitarios para luchar contra una
pandemia. O sea que hay carencia de personal que pueda contribuir a salvar
vidas. Es más importante la estrategia militarista que la que capacita para sanar la salud y evitar
la muerte. Por eso el slogan propagandístico de la era del imperio: “España es
diferente”, pero muy diferente. Porque, ante la reacción de la población ante
la decisión de los expertos de sacrificar a SKALIBUR, el perro de la generosa Teresa Romero, quien participó como
voluntaria para tratar de sanar a los misioneros afectados, se han producido
hechos tan extraños, como convocarse manifestaciones a favor de que se mantenga
con vida al perro. Incluso con detenciones a algunos manifestantes que se
enfrentaron violentamente al la policía. Algo tiene que suceder en la población
para que no se proteste por la muerte de personas en la zona epidémica o por la
de dos misioneros ejemplares que han dado su vida para salvar la de otros, pero sí que muestren sentimientos
de dolor ante la imprescindible eliminación de un posible brote de contagio de
la enfermedad. España si es diferente, porque a la población se le han fomentado
sentimientos de dolor por razones irrelevantes, como lástima por animales irracionales, pero escasa
ante el que sufren seres humanos
inocentes. Aunque, como son negros, pobres y están lejos, pues las sensaciones se amortiguan. Los valores
patrios se mueven entre la desesperación
nacional ante el estrepitoso fracaso en Brasil de “La Roja”, y manifestarse a
favor de La Pantoja por haber sido declarada culpable de delito fiscal y ser
condenada a penas de cárcel. Mientras se fomente el armamentismo y el militarismo que provoca la
muerte, en detrimento de los gastos
sociales que humanicen y salven vidas
o favorezcan su calidad, este país tiene
un grave déficit que tiene pendiente la auténtica revolución democrática para
que sea gobernado por representantes genuinos del pueblo y no oportunistas que antes
se declaraban franquistas y después se convirtieron en “demócratas de toda la
vida”.
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