FIN DEL DRAMA DE EGUNKARIA
A regañadientes los jueces han archivado la causa abierta
contra el periódico que fue referencia en Euskara. Un episodio que ha mostrado
las entrañas malévolas de los instrumentos del Estado y singularmente la dudosa
imparcialidad de los jueces que han intervenido en esta causa política
travestida en forma de juicio y ajustada a derecho. Se han conculcado todos los
principios jurídicos de un estado que se atribuye el calificativo de derecho:
se cierra un periódico que es el medio de difusión de la libertad, con nocturnidad
y alevosía. Se denuncian torturas en cuartelillos a directivos del medio, aunque
los jueces y fiscales no deducen testimonio a pesar de que deben hacerlo de
oficio. El objetivo declarado por el ministro era diáfano: cerrar un medio de
comunicación molesto, con la disculpa de que era parte de una organización
violenta, a pesar de que ha quedado demostrado que sólo ejercía el derecho a la
libre información. Las consecuencias han sido diversas: cierre del único medio
de difusión en euskara, pérdida de puestos de trabajo de la plantilla, ,
encarcelamiento de personalidades reconocidas en los ámbitos intelectuales
euskaldunes y sobre todo la sensación generalizada de que el gobierno central
actuaba con la impunidad más descarada contra la cultura vasca, sin respetar
los derechos que su Constitución tanto
proclama que nos protegen. Juicios como
éste que ha producido el cierre de Egunkaria, a pesar de que la sentencia ha
sido absolutoria, contribuyen eficazmente a que crezca el desafecto hacia el
proyecto español de convivencia, popularizando y prestigiando la opción
nacionalista vasca. Ahora habría que plantear a los vengativos jueces que han
tenido que sobreseer el caso, de qué forma se van a compensar los destrozos morales
irreversibles que han causado con sus sentencias politizadas, con sus silencios
cómplices sobre las denuncias de los tratos violentos a los que han sometido a
los directivos del medio. Además de las imprescindibles disculpas que se debería
de exigir por parte de las instituciones concernidas. El CSPD no tendría que
proclamar su amparo a Egunkaria y pedirle disculpas antes de que el Tribunal
Europeo de Derechos Humanos emita su sentencia en la que una vez más ridiculice
la independencia de los altos tribunales
españoles? En medio de todo, a causa de los excesos de los jueces y del
heroísmo no buscado de los que idearon el proyecto, la causa vasca progresa
de manera imparable..
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