martes, 31 de diciembre de 2013

"...QUIEN SOY YO PARA JUZGAR...?



“…QUIEN SOY YO PARA JUZGAR…?
Con estas palabras respondía el Papa Francisco a un periodista que le interpelaba en una rueda de prensa respecto al matrimonio entre personas del mismo género. Acostumbrados a escuchar las más agresivas condenas a los papas precedentes sobre este y otros temas frecuentemente no relacionados con la moral o las costumbres, sino interviniendo obsesivamente en aspectos temporales sujetos al criterio de la ciudadanía, recibir esa comprensión respetando la libertad, queriendo ser comprensivo y mostrando realmente que el amor de la iglesia  a las personas se manifiesta con obras, se puede entender que las estructuras eclesiales más conservadoras ancladas en Trento o en la Inquisición se sientan amenazadas y piensen en poner sus barbas a remojar.  Todo el bunker episcopal español debería estar expectante: Rouco Varela, Cañizares, Martinez Camino, Reig, Arzobispo de Granada, Arzobispo de Pamplona, Iceta, Munilla…temen por sus puestos y que vayan a ser destituidos. Esa decisión de renovar los nombres y poner a personas dialogantes, comprensivas y capaces de acomodar el pensamiento y las estructuras eclesiales para estar realmente al servicio de la humanidad  abandonando privilegios que tanto antitestimonio provocan entre los fieles que buscan la Verdad, va a resultar un test sobre la autenticidad de los proyectos de renovación que está trayendo el Papa Francisco y que tiene a la humanidad pendiente de conocer los resultados, porque si la iglesia se transforma en levadura evangélica, será capaz de contribuir de forma muy eficaz para cambiar las estructuras del poder y que los valores de la justicia, la libertad y la solidaridad real sustituyan al angelismo infantil, a la condena de toda opinión que no se ajuste a los principios más dogmáticos y a la pasión por el poder que hasta ahora han sido  los que han imperado en la Iglesia Católica y que ha motivado el abandono de esa fe tan fanática por parte de creyentes que se han sentido engañados y manipulados por una jerarquía que sólo ve fantasmas en lo que es el progreso de la humanidad. Es lógico que las cavernas eclesiales se sientan inquietas, pues han tenido que haber leído ya la Exhortación Evángelica “Evangelii Gaudium”. Es una gran esperanza para la humanidad, pero es comprensible que  preocupe a la Curia Romana y a la Conferencia Episcopal Española. Antonio Machado les sugiere:”Los que están de vuelta de todo son los que nunca han indo a ninguna parte”

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