RESPUESTA AL SR.ALONSO NIEDA

RESPUESTA AL SR. ALONSO NIEDA.

El inmortal François Marie Arauet (Voltaire) suplica sarcástico: “Dios mío, líbrame de mis amigos, que de mis enemigos me libro yo.”, ante las críticas que  hacían sus amigos a sus escritos siempre agudos y llenos de ingenio, pero mordaces..

El Sr. Alonso me dedica todo un artículo en El Comercio referido a la publicación de otro mío de fecha 7 de agosto de 2015 en el que expongo mi punto de vista respecto a lo que en aquellas fecha se estaban elaborando lo que serían los presupuestos para el año 2016.

Me honra declarándose amigo mío, para, a continuación, expresar su severo juicio de intenciones al acusarme de mezclar churras con merinas con ironía  porque  que tergiverso intencionadamente la información, pues rechaza mi afirmación de que el gobierno ha tenido que  rescatar a la banca para evitar entrar en default. Argumenta que quiero introducir en mi crítica un tono de “progre” porque afirmo que se ha rescatado a todo el sistema financiero, cuando, según él, se han rescatado  con fondos públicos exclusivamente a las Cajas, que son organismos públicos, atribuyéndome el rol de defensor de la nacionalización de la banca privada.

 Al margen de que Alonso tiene todo el derecho a dar su opinión con plena libertad, que soy el primero en defender, deseo  aportarle algunos datos que puede que le ayuden a meditar sobre el contenido de su “amistosa” opinión sobre mi escrito.

Quizá no sea de conocimiento  general que una gran parte de la deuda exterior española estaba contraída por los bancos, por tanto era privada. Pero con la crisis los mercados dudan de la solvencia de España, por lo que se exigió al gobierno que avalara la totalidad de la deuda privada bancaria, convirtiéndola en Deuda del Reino de España, puesto que la solvencia debía ser garantizada por el Estado, transformando toda la deuda externa en  pública. Según datos oficiales las ayudas al sistema financiero se elevaban a 225.000 millones de Euros.

Conviene aclarar que la deuda no sólo proviene de transferencias de efectivo  para salvar a los bancos y cajas, sino que deben incluirse como compromisos los avales y garantías otorgadas, de manara que los mercados internacionales financieros no prestarían a los bancos si no venían asegurados por el Estado. Así se hizo y el resultado ha sido que el servicio de la deuda externa previsto en los presupuestos  para el 2016 atribuible al estado superaba los 40.000, millones de €.

En cuanto a que sólo fueron rescatadas las Cajas y no  la banca privada, los datos no son así, pues  en síntesis, las ayudas a la banca son los siguientes:

Protección de activos: Banco Sabadell 16.610 millones. BBVA 4.400. Además de otras partidas a varias cajas.

SAREB: Garantías deudas de bancos: 31.000 millones.

Activos fiscales monetizables: Sabadell 5.400 millones. Sabadell 4.700 millones. BBVA 4.377 millones de €.

Pero además, todo el flujo de financiación del  bono español como el de todos los estados de la Zona Euro por parte del BCE está obligatoriamente canalizado a través de los bancos y cada estado debe avalar todas las operaciones de compra de bonos del BCE y que se conceden en condiciones excepcionales, pues son préstamos a 30 años del BCE  a tipos de interés que en estos momentos es negativo, fondos que a su vez prestan a los estados, lo cual supone el sistema  inmejorable de rentabilizar los bancos sin incurrir en riesgo individual, pues  pasan a ser Deuda Soberana y no se computa como déficit.

Este sería en síntesis el panorama real de la situación de la deuda exterior española, la cual muestra datos preocupantes, pues la Deuda Pública Externa Española supera el 100% del PIB, lo que la convierte en impagable. Pero conviene añadir que la deuda exterior total es de 1,815 billones de €. Esto equivale al 167% del PIB, lo que hace que  España tenga el dudoso honor de ser uno de los países más endeudados del mundo.. De ellos, 551.000 millones es deuda de las administraciones públicas; mientras que  441.000 millones de € corresponde a la deuda externa de las instituciones financieras privadas.

Con esta perspectiva, habrá que dudar de la eficacia de los gestores de la banca privada y sería una ironía aceptar que un sector estratégico como es la financiación del sistema siguiera en manos del zorro para poner orden en el gallinero.

Por lo demás, debo agradecer el honor que me hace el  Sr. Alonso al citarme en su artículo cuya prosa  es una delicia saborear. Aunque a veces los datos económicos sean tozudos y estropeen una idea brillante.