IMÁGENES BUCOLICAS EN CHILE
Cualquier persona de bien y
amante del orden no podrá dejar de recordar el golpe de estado de 1973 al ver las imágenes de la policía chilena
desarrollando un operativo espectacular para desarticular una banda de
narcotraficantes españoles. Produce escalofríos. al ver que es la misma que, a
las órdenes del sanguinario general Pinochet, ayudado por la CIA, dio
un golpe de estado contra Salvador
Allende, quien fue asesinado en defensa
de su juramento, después de luchar para evitar la invasión de La Moneda, que fue arrasada
por estos militares y policías de los que ahora se afirma que son acreditados cuerpos profesionales, siempre respetuosos con la Constitución, En esa “brillante” operación militar fueron
miles los detenidos y torturados hasta la muerte en los feudos de la temible DINA. Allí murieron patriotas anónimos sin acusación, además de personalidades de las
artes y letras e idealistas comprometidos con la defensa de los derechos
humanos. Ahora, militares y policía
alardean de respetar el poder civil, pero quién aseguraría que si surgiera
algún “ iluminado” que se creyera
llamado por la providencia, como en
Turquía, el fanático y vengativo Erdogán, no se cambiarían de gorra y volverían
a levantarse para reprimir a las “hordas comunistas” e implantarían la paz de los cementerios como lo hicieron con
Pinochet, Contreras y demás héroes,
quienes se retiraron sin
responsabilidades mas allá de las simbólicas con las que se terminan habitualmente
las hazañas de golpistas de derechas. En
realidad los sistemas policiales de todo el mundo son un fraude que sólo tendrá
solución cuando se replantee de raíz su función, haciendo que su objetivo sea la protección efectiva de la sociedad, cambiando el sistema de selección de los
agentes haciendo énfasis en los aspectos psicológicos, eliminando portar
armamento susceptible de causar víctimas mortales y excluyendo a militares como mandos, con un código de
disciplina riguroso, sometiéndoles a frecuentes y rigurosos exámenes psicológicos.
Tendrían una función preventiva, se reduciría
su sideral gasto y sería valorada y no temida por la sociedad.
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