domingo, 17 de noviembre de 2013

SON NUESTROS JUECES DE ESTE MUNDO?



SON NUESTROS JUECES DE ESTE MUNDO?
En una entrevista al juez Santiago Torres Prieto, quien destapó todo el submundo de corrupción del Ayuntamiento de Marbella, explicaba las razones por las que había renunciado a su carrera de juez. No merece la pena entrar en el detalle, pero lo que contó es estremecedor en cuanto a las presiones y a la falta de apoyo por parte de los órganos judiciales que deben velar por preservar la independencia e integridad de la justicia y los jueces. Está aun reciente la sanción que se le ha impuesto al juez José Elpidio Silva porque se le han detectado irregularidades en la instrucción del caso Bankia, decretando el encarcelamiento de su presidente, Blesa, por dos veces. En unas manifestaciones en la TV describió las tremendas presiones a las que se ha visto sometido y por ahora  le han  suspendido de empleo y sueldo  temporalmente, retirándole de la causa. El juez Javier Gómez Bermúdez. ha tomado parte en un debate en San Sebastián sobre la Doctrina Parot, pues según se comentó, fue el que ideó dicha doctrina y la ha aplicado a los presos que, cumplidas las sentencias impuestas en los juicios respectivos. Dicha interpretación  ha supuesto en la práctica la ampliación de su estancia en la cárcel. Como es sabido, el TEDH la ha declarado ilegal y ha exigido la excarcelación de los que estaban en esta situación. Durante el debate defendió dicha doctrina a pesar de la declaración de ilegalidad, aunque admitiendo que en los casos de retroactividad la sentencia del TEDH es impecable, pero puso todos los reparos porque mantiene que la ley que amplía las condenas no ha sido derogada por el alto tribunal. Los casos de estos jueces son diferentes y de los dos primeros podría elogiase su la valentía  con la que ambos han actuado, no así de Bermúdez, quien  se ha caracterizado por su excesivo rigor, su actitud cortante y falta de toda expresión que humanice sus juicios y sus correspondientes condenas. Pero hay que decir que los  jueces parecen no ser  de este mundo, que ser juez no es saber mucho derecho, aprobar unas oposiciones y emitir juicios y condenas sin que tengan que responder de ellas, salvo en los casos de Torres y Elpidio, quienes han tenido el coraje de defender públicamente sus convicciones. Porque  ser juez tiene una dimensión humana que no puede ignorarse si se quiere impartir justicia, y  ser ejemplares en su actuación, por tanto en su oficio entra denunciar las presiones y a los que las ejercen y ello en el momento que éstas se producen, no cuando renuncian o se les expulsa de la carrera, pues puede interpretarse como venganza, como fue la reacción del juez Garzón cuando fue expulsado de la judicatura. Y convendría que entonaran todos el mea culpa ante la humillación que ha supuesto para la judicatura la sentencia del TEDH al no haber sido capaces de protestar ante la interpretación desmesurada de la Doctrina Parot, de la cual todos tenían la convicción de que sería derogada por el citado tribunal. No sería oportuno generalizar los Jurados Populares para las causas graves y dejar a los jueces profesionales los juicios que   tengan menor importancia?

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