martes, 18 de septiembre de 2018

BOMBAS INTELIGENTES


 BOMBAS  INTELIGENTES
Cuentan que el premio Nobel de Medicina, Ramón y Cajal, fue director de un hospital de guerra  en la independencia de Cuba. Un coronel se empeñó en meter  su caballo en su hospital para que estuviera seguro. Pidal se lo impidió y dicen que  ambos  llegaron a las manos. El general Toral, máxima autoridad en dicha guerra  volvía  a España embarcado con las tropas derrotadas  lleno de heridos, moribundos y soldados desmoralizados. Al llegar a Vigo y fondear,  Toral fue el primero en desembarcar dejando a todos  a su suerte. Tuvo que volver abordo, pues al llegar a tierra se encontró con   un motín  organizado por los familiares de los soldados que esperaban en los muelles. Son actitudes de militares que sólo tienen el cerebro preparado  para la fuerza. Pero  el caso de  los ministros  Pep Borrel e Isabel Celaá es diferente, pues para justificar la rectificación de la decisión de anular el envío de las bombas a Arabia, ambos argumentan ingenuos “como son  inteligentes, evitan  caer sobre los yemeníes” Si se tiene en cuenta que los jeques del petróleo han reaccionado amenazando  con anular el contrato de cinco corbetas que darán trabajo a 6000 trabajadores en  Cádiz, la  progre jueza Margarita, ministra del ejército,  se  ha tenido que tragar el marrón de  rectificar su decisión de anular la cancelación inicial del envío de las bombas inteligentes.  Se debe a un  síndrome que afecta  a seres excepcionalmente inteligentes y que cuando se calzan botas o se ponen  el casco militar se les atrofian las meninges y sus mentes siguen mecánicamente las ordenanzas militares. Ignoran todo atisbo de lógica,  pues cuando  los militares oyen l  palabra “lógica”,  ordenan  ¡cuerpo a tierra! pues es una limitación de los civiles,  tergiversando el sentido de las cosas. En los casos descritos un coronel mete al hospital a su caballo. Un general escapa de las turbas para que no le linchen y que   ministros tan sesudos  crean  natural que se fabriquen  bombas con sentimientos  capaces de distinguir las personas buenas de las malas. Decía Molière “Todo va bien, incluso cuando va mal.”


1 comentario:

IRIS dijo...

Pues no dejes de asombrarte, tenemos unos políticos que hacen filtiré sin hilos y todo por la patria que arman a nuestros valientes militares y a militares de otros con unas armas y material guerrero super-inteligentisimas de flipar: submarinos que no flotan, por eso son submarinos sino serían barcos ( digo yo), aviones, alquilados a otros países, tipo yak42..que nos salen rentables( en identificaciones.. un totum revolutum, en manutención del avión y encima nos quedara para un chupito o dos)y luego con un Réquiem todo arreglado y lo más de lo más las bombas inteligentes que distinguen entre yemenís: alborotadores y malos malísimos Y yemenís inocentes y buenos buenísimos.
O sea preferimos que los nuestros tengan trabajo y coman....y los yemenís que se jod...n... no tenemos la culpa de lo que hagan con las armas una vez vendidas, como son inteligentes ya saben lo que hacen ( quizás pregunten al yemení si es bueno o malo para hacer Booón!!).
Otra cosa sería si los yemenís invadieran Perejil.
Saludos!!!