LA ERTZAINTZA ARREMETE CONTRA
EL INFORME SOBRE TORURAS
Los sindicatos de la
ertzaintza, ERNE y SIPE, han mostrado su
descuerdo con el informe sobre torturas elaborado bajo la dirección del
prestigioso forense Francisco Etxeberria a petición del Gobierno Vasco. En él
se denuncian más de 4000 casos de
tortura de acuerdo los protocolos de
Estambul y que atribuye a la ertzaintza la denuncia de 336 casos.
Para mostrar su rechazo ambos sindicatos
utilizan argumentos peregrinos que muestran su
escasa credibilidad y que deberían sonrojar a quienes tienen la misión
de defender el cumplimiento de la legalidad basándose precisamente en
procedimientos legítimos y que prohíben la tortura y el tormento como medio
para interrogar a presuntos delincuentes. A sus argumentos se opone la
contundencia de las sólidas pruebas en
las que se basan los investigadores para demostrar sin ningún género de dudas
que las torturas han existido. No entran los expertos, no es esa su misión, a
verificar las causas de las detenciones o el contenido de los interrogatorios, sólo se limitan a analizar las denuncias de los acusados y las
sentencias de los tribunales. El problema reside en explicar evidencias y
obviedades a quienes no quieren entenderlas, pues no se trata de justificar las
acciones violentas de los detenidos, que a todas las conciencias formadas repugnan, sino que describen y demuestran que
han sido torturados y ello ajustándose
siempre a unos protocolos precisos preestablecidos por organismos internacionales
dependientes de la ONU.. Afirma uno de
los sindicatos que el informe de Aranzadi denuncia supuestos
casos de tortura no probados por sentencias judiciales y acusa a Jonan Fernandez , responsable del área de
Paz y Convivencia del Gobierno Vasco, de “ hacer el juego sucio a los únicos que han
torturado y asesinado, los terroristas de la mafia asesina etarra” . Precisamente por eso existen múltiples denuncias de organismos europeos y mundiales de
prevención de la tortura que han acusado
reiteradamente a la justicia española por no abrir causa ante las denuncias de
los detenidos interrogados por la policía,
guardia civil y ertzaintza. Estos
sindicatos deberían de ser los más
interesados en denunciar e investigar a los que presuntos torturadores en
beneficio su buen nombre y
profesionalidad, evitando el bochorno de negar lo que el informe demuestra
que es una contundente evidencia
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