DEMOCRACIA A LA ESPAÑOLA
Una señora ha publicado una
carta muy correcta al director en un periódico en la que invoca su derecho a la libertad de expresión para quejarse de que en
otra anteriormente publicada por otra persona criticaba al presidente Rajoy por
su manera de gobernar y especialmente
respecto a la forma de plantear la crisis catalana. Esta literata utiliza
su derecho a la libre expresión para
coartar el de otra persona que en uso de su propia libertad expone ideas contrarias a las de quien esgrime el suyo a la libre expresión, quien al parecer vota a Rajoy. Es de hacer
notar que la señora que se queja del
contenido de la carta de quien critica a Rajoy hace un encendido elogio
respecto al tono, cortesía y respeto con el que
expresa sus formas de opinión. Y al final pide disculpas a su interlocutor por si se siente ofendido por su crítica. No
se entiende bien que alguien que ejerce su derecho a la libre expresión considere que puede haber
herido a otro, lo que demuestra que no está segura de que su carta no ofenderá
a quien va dirigida. Esta señora si opina
de buena fe y hace uso de su legítimo derecho
a expresarse no parece tener la
conciencia tranquila porque confunde su
crítica con un prejuicio y muestra que no es capaz de aceptar la de alguien que sí la expone de acuerdo con
su propio criterio libre y legítimo. Esto sucede porque en España la libertad de expresión y
la democracia en general son derechos que no se saben ejercer y cuando así se
hace, se tiene mala conciencia porque es utilizado con intención de ofender, pues se desconocen sus límites y
frecuentemente se utiliza para zaherir al que no piensa como él. Además, en la
carta la amable escriba hace una crítica muy agria y de dudosa justificación en
contra de Puigdemont al que le acusa de provocar la ruptura de España, de
cobarde por haber huido de la justicia y de engañar a los catalanes. Y no pide
disculpas por si sus críticas pueden ofender a quienes defienden el derecho de
vascos catalanes a la libre autodeterminación.
Al final hace un refrito porque se considera partidaria de la libertad como
fundamento de la vida y origen de la felicidad y de la paz, pero parece que
exceptúa de ese derecho a los vascos y catalanes, no porque quieran ser
independientes, sino porque desean votar para decidir cómo quieren gobernarse.
Esa forma de razonar se llama en su rico
idioma español “ley del embudo”
2 comentarios:
Mi estimado Javier, a mi eso no me extraña ni me resulta desconocido, por opinar sobre cuestiones políticas, los políticos y lo que nos acarrean sus políticas, sobre todo si mis opiniones cuestionan el modus operandi del papel de esa "organización creada para delinquir" ( según un juez) desde: yihadista, fobia enfermiza, analfabeta e incluso anti-española por su forma de retorcer el lenguaje según su "libertad de expresión", tratando de " acojonarme" con adjetivos descalificativos personales varios, he tenido que aguantar en un foro, sobre todo con foreros pancistas del "España va bien" y del toda la culpa es de Podemos, Puigdemont y Cataluña, Venezuela y los hacker rusos.
Jamás opinan sobre los link de las noticias que pego...sólo opinan de mis opiniones....así que qué voy a decir yo?.
Saludos!!!
Si, Iris, siempre son otroa los que se equivocan, los que reciben dinero de Venezuela o de Iran, ellos lo cogen directamente de los "buenes patriotas" que hacen gala de su patriotismo desde Panamá o desde Suiza. Qué caústica eres, Iris, cuando te refieres a los políticos de derechas. Sabrán qué es la libertad de expresión? Siempre con tu lenguaje preciso, provocativo y de denunca.Gracias porque leerte es siempre una satisfacción.
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