GOIO: MONTAÑERO Y AMIGO
Pasados unos días desde la dolorosa despedida a Goio,
ahora corresponde un recuerdo
amable para el amigo sincero y montañero
ejemplar. Era quien todos los sábados
organizaba con detalle las excursiones y
aportaba su fino humor y simpatía a los que
formabamos el talde. Con una forma física envidiable, era incansable, pero siempre vigilando
discretamente para que nadie se quedara atrás, pues cuando observaba que a
alguien le faltaban fuerzas, él se
quedaba rezagado para acompañarle y animarle. Siempre sonriente y presto a bromear para rebajar la tensión normal en travesías de varios días por Pirineos o
Picos. En los refugios era quien ponía orden y daba ánimos pues al ser los espacios limitados
surgían los nervios, pero después
de la cena nos tumbábamos a la luz de la luna sobre el habitual nevero disfrutando admirando el resplandor del sol
que se desvanecía a lo lejos, para
cantar y charlar envueltos en el forro polar contándonos sus divertidas historias, unas veces reales y
otras inventadas, pero con su retórica tan rica, que no sabíamos qué era cierto
y qué fantasía. También nos estimulaba para que los demás que relatáramos
nuestras vivencias. En los momentos de
tensión o peligro era quien aportaba el toque de serenidad imprescindible.
Alguna vez tuvimos que ser rescatados por la ertzaintza o la gendarmería, pero
su presencia y sensación de tranquilidad
nos confortaba. Ingeniero, culto, elegante como buen bilbaino, de Indautxu
concretamente, aficionado a la ópera, jugador moderado y exitoso en Bolsa, selecto
gourmet especialmente en lo referente a vinos. Muy entendido en nuestro deporte de la pelota, no apostaba, pero acertaba a la hora de los pronósticos. Solíamos
ir al Deportivo a ver jugar a pala a Iturri,
Goldarazena, Iturzaeta… y después a sus
herederos, Fusto, Gaubeka, …. Se sentía orgulloso y proclamaba
su ideología vasca, pero tolerante con quienes no coincidían con sus
convicciones políticas, con quienes razonaba y escuchaba con todo respeto. Aunque su final era inevitable, a los amigos
nos ha dejado una sensación de vacío, aunque su recuerdo permanecerá para
siempre entre los que nos sentimos sus amigos.
Desde estas líneas queremos hacer extensivo nuestro cariño a su esposa,
Maite y a sus hijos e hijas. Goian bego,
Goio.
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