GLAMOUR EN HOLLYWOOD
Todos los humanos tenemos un
espacio íntimo en el que guardamos nuestros sueños de lo que siempre quisimos
llegar a ser sin conseguirlo. Nos figuramos que en ese espacio nos convertimos en hadas o en príncipes
azules. El prototipo de ese sueño son los festivales de cine que provocan entre
las masas la visión idílica del necio
que espera llegar a compartirlo con las stars. Es el glamour con se envuelve la
fantasía. Pero detrás hay un mundo de intereses
en el que convergen tiburones que chapotean entre cuerpos femeninos perfectos, pero con
pasión irrefrenable por gozar de a la fama y se sirven de lo que sea para
conseguirlo. El tiburón que financia el espectáculo exige el peaje de las
starlettes dispuestas a prostituirse a cambio de la gloria, ”si el guión lo
exige”. Tal como ejercen en la calle otras mujeres que se prostituyen para supervivir,
aunque con ese toque de distinción e incitación para que el macho espectador se
sienta atraído. A cambio estas prostitutas selectas logran papeles de
protagonistas en las películas que
financian las productoras en manos de los desalmados que lucen en la pasarela
sus costosas yeguas que humilladas sonríen
junto al amo que les alimenta de la alfalfa maravillosa del éxito, muchas de
ellas han logrado ser premiadas con el
Oscar. Cuántas decepciones habrán producido entre los/as entusiasmados que
histéricos esperan en los glamourosos festivales que desfilen por la alfombra
roja las actrices consagradas favoritas que han aparecido en las imágenes en televisión reconociendo ahora que tuvieron que pagar a Harvey
Weinstein el peaje forzado interpretando asqueadas el papel de enamorada de un
puerco. Este personaje nauseabundo en su descargo se declara adicto al sexo y
que quiere regenerarse. Seres de esta calaña sin moral son quienes controlan la industria del cine
mundial que deberían estar recluidos a
perpetuidad en un psiquiátrico. Es
impactante ver a iconos del arte como
Angelina Jolie, Jane Fonda, Merryl Strip, Gwyneth Paltrow entre otras que han confesado
en público sus miserias. Y es
decepcionante la confesión de Emma Thompson, la prestigiosa defensora de los
derechos humanos, reconociendo que
también tuvo que aceptar prostituirse para alcanzar la fama porque el mundo de
color y del glamour es un estercolero
que sirve para manipular a las masas que
no distinguen la ficción de la realidad y son los
esclavos felices.
2 comentarios:
Pues no estoy de acuerdo contigo, Javier, las mujeres siempre han sido presas fáciles para los predadores sin escrúpulos ya sean famosos promotores, políticos o el vecino del quinto.
Y no, no ha tenido que ser fácil para estas mujeres pasar por esos trances al igual que las que hacen la calle.
También metes en el mismo saco a las sras. muu monas y muu bien puestas casadas con sres. de alto ringo rango al que el amor las deslumbro?, o tal vez se prostituyeron por no perder el status o llegar a un nivel de plácida y dorada vida a todo tren?
Saludos!!
AH!!! y han sido muy valientes en denunciar los abusos, para prevenir y que se juzguen a estos sinvergüenzas, ahora que por conseguir el éxito y el Oscar no tenían necesidad de hacerlo y dejar a la opinión pública que juzgue estos abusos, porque además son doblemente vejadas, por los predadores y por la falta de empatía y comprensión de la gente.
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