miércoles, 5 de junio de 2013

EL GOBIERNO DE TURQUIA PIDE PERDON A LA CIUDADANIA



EL GOBIERNO DE TURQUIA PIDE PERDON A LA CIUDADANÍA.


El vicepresidente del gobierno de Turquía en una intervención televisiva ha pedido públicamente perdón por la excesiva dureza con la que se han aplicado las fuerzas represivas contra la población que se manifestaba pacíficamente mostrando su desacuerdo por un tema menor, pero que las autoridades, con agudeza y psicología han elevado a problema de orden público con muertos y ahora se ha convertido en un polvorín dentro del cual  el gobierno se ha puesto a fumar con esa superioridad que muestran los gobernantes necios. Cuando el problema se ha desbocado, no se les ocurre otra cosa que pedir perdón cuando ya la población lo percibe como un signo de debilidad. Quizá podría valer de aviso a navegantes para países con más de seis millones de parados y con una política económica que sólo se le puede ocurrir a de Guindos o a Montoro y que hasta el FMI reconoce equivocada. Bien saben estas eminencias que sus recetas no son la solución, que están ante una situación limite,  y  en ese caso, emplear a las huestes policiales desbocadas  sólo se consigue provocar a las masas. En esos casos, cuando toman la decisión de políticas de fuerza y represión ya saben esos gobernantes que tienen asegurado el fracaso y que van a caer. Entonces es cuando se les ocurre pedir perdón por los excesos de esos angelitos que actúan a sus ordenes, lo que muestra una vez más que la  política   de violencia policial sólo exacerba y es premonición de que los gobernantes van a tener que responder de sus fechorías ante la población. De paso conviene analizar la lección de civismo de las poblaciones de los países árabes de la llamada primavera árabe, que nuestras democracias occidentales desprecian tratándoles de terroristas, pero a los que apoyan mandando con generosidad  tropas de paz con armamento de guerra a Afganistán, Irak y se disponen a ayudar a Iran, Siria y otros países que casualmente tienen  petróleo en su suelo. Lo dicho, un consejo a los políticos: prohibido fumar dentro del polvorín y por excepción, piensen alguna vez con la cabeza y no con la boina.

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