OPTIMISMO SUICIDA QUE TIENE COSTE.
Los políticos pueden valerse de sus argucias y recursos para lograr sus objetivos, pero deberían ser prudentes respecto a la ciudadanía y no tomarles por necios o ingenuos. Su reacción aplastante ante los datos económicos positivos que a posteriori no son tanto hace que la sociedad dude de su veracidad. Porque si todos son favorables, cómo es que todavía hay un 15% de paro si se crean tantos puestos de trabajo como se jalea la portavoz del Consejo de Ministros en las ruedas de prensa? Cómo es que los organismos internacionales rebajan continuamente las expectativas de crecimiento y las autoridades españolas proclaman un futuro envidiable? Ignora acaso Sanchez que la deuda pública española es 1,4 billones de € (un billón es un millón de millones) , lo cual supone el 122,28% del PIB. No debería preocupar a los políticos que la Deuda Externa Total española es 2,4 billones y supone el 220% de PIB, es decir, necesitaría dos años completos de producción exclusivamente para pagar su pasivo. Según los expertos muestra su vulnerabilidad ante un endurecimiento de las condiciones financieras que se anuncian. Desde la óptica política el gobierno se enfrenta a una crisis institucional por causa de la monarquía, tanto por parte de Juan Carlos, huido y a punto de ser procesado CCOMO por varias causas que van a arrastrar al actual Felipe. Habrá que ver si el 31 de diciembre el precio de la luz baja repentinamente un 400% para cumplir el compromiso del presidente de volver a los previos a la pandemia. El CGPJ caducado desde hace tres años. Cataluya tiene a Puigdemont y al TEDH como los mejores embajadores de su causa independentista en Europa y el gobierno se ve presionado por la necesidad de votos independentistas para sacar adelante sus leyes que le son torpedeadas precisamente por los constitucionalistas que comparten la unidad española como principio. Por eso es imprescindible reflexionar y reconocer que este optimismo suicida lleva al abismo.
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