domingo, 21 de julio de 2019

LA DIGNIDAD DE LOS MAYORES


LA DIGNIDAD DE LOS MAYORES
El movimiento de los jubilados reivindicando pensiones dignas ha sacado del armario de la insignificancia a esta clase social que ha sido el motor de los avances que se disfrutan en la sociedad moderna, pero que las instituciones y la dinámica moderna de la vida ha relegado a dóciles ciudadanos sin derechos,  sólo dedicados a tareas auxiliares. La tercera edad es una época de la vida silenciosa plena de humillaciones y miedos  porque tradicionalmente a los mayores les ha faltado el coraje de exigir la dignidad que recibieron en activo siendo el sustento de la familia. Una mal entendida voluntad de mantener  la paz en silencio a pesar de la falta de atención a la que les someten los/as  hijo/as al jubilarse, pues sólo les consideran para realizar tareas insignificantes relacionadas con la atención  de  los nietos o soportar humillados   broncas de los hijos por  errores que comenten en  lo  que les ordenan.. Aunque también  compartiendo sus pensiones con  los/as  hijos/as  en caso de necesidad o  cuando  les   acogen  en su domicilio en  problemas  matrimoniales de los  hijos/as.  Porque dan por supuesto que  los padres  tienen  obligación de permanecer a su  servicio. Siempre  temerosos   ante las amenazas de que  los hijos  no les cuiden cuando  estén incapacitados  y tengan que ser arrinconados en una residencia porque les consideran una carga o por falta de espacio en las viviendas  de los  hijos y limiten su libertad. Excepto cuando están a la espera de  la herencia, pues en ese  caso los afectos  son empalagosos. Los mayores deben mostrar dignidad y  distinguir entre los falsos  elogios  y la propia autoestima para no degradarse. Los poderes públicos deben crear infraestructuras habitacionales y sanitarias  adecuadas para acoger con dignidad y sin paternalismo lo que les corresponde en justicia sin mendigar a los hijos ni  amenazarles con la miseria del señuelo de la herencia.
J

1 comentario:

IRIS dijo...

Estamos en una sociedad materialista y los abuelos con sus raquíticas pensiones son una parte de los grandes perjudicados y aunque sus hijos quisieran no pueden atenderlos por su misma precariedad, al revés, son los abuelos los que atienden a sus nietos y colaboran en el sostén económico de sus hijos, como bien dices, Javier.
Y no, no pueden acceder, la mayoría de ellos, a las Residencias de la 3ª edad porque no hay suficientes plazas públicas y las que hay son privadas y con unos precios prohibitivos para los comunes de los mortales, donde normalmente no llegan a pagar con sus pensiones y tienen que "contribuir solidariamente" sus hijos con sus raquíticos salarios, lo cual es una espiral de insolidaridad con los mas desvalidos, tanto para los abuelos como para sus hijos. Y no creo que los hijos pretendan "heredar", salvo casos excepcionalmente ruines y las + ó - grandes patrimoniios, ya que los pensionistas que se manifiestan por una pensión digna no son los económicamente más afortunados que digamos.
Los abuelos saben lo que cuesta mantener a la familia y los sacrificios que comporta salir adelante, por ello no dudan en ayudar a sus hijos y se sienten orgullosos de poder hacerlo aunque no se lo reconocieran y no valoren esa "ayuda pensionada" los hijos y nietos...
En cuanto a los poderes públicos....ni están ni se les espera...sólo prometer hasta meter, eso sí en la pre-campaña eléctoral, luego: después de metido nada de lo prometido.
Saludos!!!