LOS JUECES PIDEN AMAPARO Y LA IGLESIA CALLA.
La reacción de la sociedad respecto a la sentencia a “La
Manada” ha encendido los ánimos de todos los grupos sociales, independientemente
de sus ideologías. Es un clamor general
el que ha provocado el corporativismo de los jueces demandando
amparo para los que han emitido la tan
descafeinada sentencia, provocando
que en el Parlamento Europeo sea
debatido y aparezca como noticia de
cabecera en la prensa internacional.. La petición de los jueces produce sonrojo pues es una institución tradicionalmente sobreprotegida. Lamentarán haber tomado opción por estos tres jueces que deberían ser expedientados y
suspendidos cautelarmente porque su sentencia atenta contra el orden racional de las cosas No es de recibo el
argumento de las garantías judiciales del sistema, pues una cosa es disponer de
esas herramientas junto con consideraciones
bien estructuradas, pero o tra es concluir
con una sentencia opuestas al
sentido común y pueda hacer pensar que
existe una mano negra que pervierta
la lógica judicial que debe ser consecuencia de razonamientos subjetivos, pero
coherentes. A este despropósito judicial habría que añadir el silencio de la
Iglesia Católica de la que podría
esperarse palabras de ánimo, dado que se
atribuye el derecho a opinar sobre todo lo que se les ocurre, porque ambicionan
aparecer como perejil de todas las
salsas. Es preciso elogiar en honor la verdad, la actitud valiente de unas monjas
de clausura de Asturias que han tenido
el coraje de hacer pública su solidaridad con la joven a la que los jueces menosprecian. Ni siquiera el
impresentable Munilla ha tenido la delicadeza de solidarizarse con esta joven forzada.. Hay que enfatizar el voto
particular de uno de los jueces que según el ministro de justicia parece ser un
perturbado, pues argumenta que la joven gozaba
sexualmente mientras era forzada por
dos militares y tres civiles. El
impresentable Munilla podría haber tenido al menos palabras de consuelo, aunque
vana esperanza, pues para muestra, unos días antes declaró “El demonio ha hecho que las
feministas hayan asumido la ideología de género y que la defensa del aborto es
un genocidio de mujeres como sucede en
China y La India…” Claro, con ideologías
de jueces y obispos que velan de esta
manera por la ciudadanía no se necesitan
enemigos.
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