EN DEFENSA DE LOS
SINDICATOS VASCOS ELA Y LAB
Dado que los vascos formamos una nación diferente a las que nos rodean,
también lo son nuestros sindicatos
respecto a los que dependen de Madrid, que siguen sus directrices y carecen de la
autonomía necesaria para negociar y
defender los derechos de los trabajadores vascos que tienen su propia
idiosincrasia. La eficacia de gestión de
ELA-STV y LAB hace
que su afiliación sea mayoritaria y creciente, en contraste con la de los que dependen
de sus centrales en Madrid, que la pierden,
convirtiéndose en testimoniales. Los
trabajadores no se afilian a los
sindicatos vascos por razones banales, lo hacen porque les defienden con eficacia dando un tono
acorde con sus características como
vascos, sin perder la esencia de su función que son sus derechos laborales y
sociales. Desarrollar sus funciones con eficacia presupone mantener un delicado
equilibrio entre las formas de negociación y la capacidad de presión, significando
ser más combativos en sus reivindicaciones. A diferencia de los nacionales, que
por tener escasa implantación, su
capacidad negociadora es limitada por carecer
de autonomía. de sus centrales.
Sorprendentemente, la competencia desleal de los sindicatos nacionales
sobre los vascos se ve potenciada por el apoyo de las patronales, utilizando argucias para desacreditarles y así dividir la
capacidad de presión de los trabajadores. A veces llega a ser descarado, pues se publican informes de
patronales en las que se acusa al nacionalismo de retrógrado, en contraste con
el internacionalismo obrero de los sindicatos españoles. Las patronales, los
sindicatos centralistas y el Gobierno Vasco acusan a ELA y LAB de intervenir en la política y competir con los
partidos y de excederse en sus funciones
que le son propias. Miente al afirman
que ambos sindicatos vascos obligan a
sus afiliados a aceptar condiciones laborales humillantes que perjudican a los
trabajadores vascos y, en definitiva, a
la población vasca en general. No se
reconoce a los sindicatos vascos las especificidades de la actividad industrial
vasca a la que se quiere aplicar la legislación común. Ello ha supuesto que los
sindicatos españoles sean cómplices de las degradantes condiciones laborales que
han sido aceptadas por UGT y CCOO para la clase trabajadora en el Estado, pues
ambos mantienen una interlocución fluida
con las patronales y con el gobierno sin
que se produzcan enfrentamientos verbales, a cambio son subsidiados con jugosas y ocultas subvenciones para mantener
la “paz social”. Los sindicatos vascos no reciben ayudas de las instituciones,
lo que les permite mantener su independencia, están saneados y cuentan con equipos de expertos capacitados que negocian
con los de las patronales en igualdad de condiciones, exasperando a las
patronales y a los sindicatos nacionales que propagan una opinión
subliminal de descrédito, incluso
deteniendo a sus dirigentes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario