miércoles, 5 de abril de 2017

NUESTROS JUECES SE HUMANIZAN



NUESTROS JUECES SE HUMANIZAN
 Dura lex sed lex. La población que no sabe latín quizá no lo entienda, pero siempre han sido los jueces  los que nos lo han explicado empíricamente, sobre todo los que han tenido  que sufrir un juicio. Esa sensación de dureza tuvo su vigencia en épocas felizmente pasadas: ahora  se han humanizado y los juicios son episodios que se digieren con normalidad gracias al trato benevolente de los jueces. Son ya reiteradas las muestras del  cambio de talante y ha sido el argumento para demostrar que la justicia en España ha cambiado, muy a pesar del rigor de las leyes y de los tribunales especiales. En el juicio más mediático conocido popularmente de las “Tarjetas Black”  los jueces  muestran su sensibilidad y  respeto a los enjuiciados especialmente a la hora de redactar las sentencias. A pesar de que a Blesa y a Rato la fiscalía les pedía  fuertes penas de prisión,  las sentencias  impuestas se reducen a la tercera parte de las peticiones del fiscal. Dado que superan los cinco años  es habitual que deban entrar en prisión a pesar de que tengan todos los derechos de recurso. Ambos condenados así lo hacen y la sala Cuarta de lo Penal de la Audiencia Nacional les exonera de la pena de privación de libertad argumentando su “comportamiento intachable y cabal”” y otras alabanzas. El fiscal Horrach actúa durante el juicio del Caso Nóos como si fuera el abogado de la Princesa Cristina, quien es declarada inocente a pesar de las evidencias en su contra. A  Urdangarín se le reduce la pena desde los 19 años que pedía el fiscal a seis; no se le retira el pasaporte y puede seguir viviendo en Suiza con su augusta esposa, pendiente del recurso presentado ante el Supremo. La lista de sentencias  “amables” que se están emitiendo últimamente por los jueces que administran la “Dura Lex” son menos conocidas, pero muestran que en nuestra Justicia existen dos tipos de interpretaciones: una para la ciudadanía del común y otra para la aristocracia y poderosos ante la que el adagio latino tiene otro significado y que es la que prestigia a nuestros jueces y fiscales.
No tendrían nada que reprocharles al respecto los tribunales internacionales para que la justicia en España aplicada a los poderosos no  parezca una parodia?
                                                                                       

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