LA CULTURA ECONÓMICA POPULAR
Como en tantos aspectos del
conocimiento, el español está considerado como uno de los pueblos de más bajo
nivel de en temas económicos, lo que
hace que sea presa fácil de las astucias de los bancos abusando de su ignorancia y obteniendo beneficios siderales a pesar de la crisis y
ser rescatados con fondos precisamente de quienes son las víctimas de sus trapacerías. Preferentes,
subprime, comisiones ilegales, gastos de hipoteca cargados indebidamente a los clientes. Al español
le chifla el amiguismo y alardea de ser
“íntimo del director del banco” o que “
su hijo, economista, trabaja en el banco” aunque no diga de botones. En sus conversaciones, como catedráticos, se
les llena la boca criticando a De Guindos o a Montoro. Alardean de exquisitos porque “el
dinero envilece”, de lo que se aprovechan los bancos, cuyo objetivo es ganar
dinero, no cultivar amistades. Los banqueros han divulgado una mentalidad de que los asuntos relacionados con las
finanzas son muy complejos y que ellos son los que saben. Esa fe del carbonero en ellos depositada ha arruinado a los
ingenuos que se declaran ignorantes a
pesar de los esfuerzos para ahorrarlo. Acude al banco temeroso agradeciendo
servilmente al director que le ofrezca algún chollo. Quizá lleva toda la vida
siendo engañado y el ingenuo no se atreve a pedirle explicaciones por si se ofenderle. Lo
curioso es que de las facultades de económicas salen miles de licenciados que
tienen un nivel de conocimientos prácticos elementales, aunque rebosantes de
teorías exotéricas de premios Nobel, que hace suponer que las ciencias que se
imparte en esas facultades no les capacita para entender ni denunciar las periódicas
triquiñuelas de alto riesgo que los
bancos manipulan con publicidad masiva. El origen está en los deficientes
planes de enseñanza y porque los profesores son excesivamente teóricos. Crean mentalidades
conservadoras sin el sentido de la eficacia, pues los economistas se limitan a llevar
contabilidad, hacer equilibrios para pagar la nómina a fin de mes o trucar las
liquidaciones de impuestos. Creen que la prospectiva es jugar a acertar ell
futuro y los directivos suelen tener
perfiles técnicos y no la manejan. Si se
les presenta un análisis sobre expectativas del futuro responde irónico que el
“ futuro está escrito en las estrellas”. Y ese es el motivo de que las crisis en España sean tan profundas y prolongadas.
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