EL ADN DE LOS PUEBLOS
El descubrimiento del ADN por
la biología constituye un avance decisivo en el conocimiento integral del ser
humano, desde objetivos sanitarios hasta la investigación del origen de la
especie humana, pasando por las técnicas de identificación de episodios desconocidos
imposibles de descubrir con técnicas tradicionales. Cada persona tiene el suyo único
y diferente al de todos los demás. De alguna manera nos permite sentirnos
únicos e irrepetibles y será lo que nos identifique para siempre. Quizá por la
costumbre no damos importancia a estos avances que contribuyen decisivamente al
bienestar del género humano. Pero, así como las personas tenemos nuestro ADN distintivo,
también los pueblos tienen el suyo y no lo pierden nunca porque son los rasgos identitarios que les diferencia de los demás.
Un componente esencial de su ADN es el
idioma propio, que es transmitido de generación en generación y del que depende
su sentido de pervivencia. Pero más importante aun es el sentimiento de ser un
pueblo con su propia personalidad con sentido de formar una colectividad diferente.
Los vascos lo llaman Jabetasuna. De imposible explicación, más allá de la
traducción literal, dado que se trata de un sentimiento y éstos sólo se pueden
demostrar y defender, nunca ser explicados
y que otros lo comprendan. Forman parte
de su idiosincrasia como nación única.. Todos los pueblos poseen la
característica esencial que los
individualiza. Así, Alemania tiene su ADN vinculado con la guerra. Inglaterra,
con la democracia, Francia, con la libertad y la justicia. Italia, con las
artes, especialmente con la música. El de España es la astucia, la picaresca,
la insolidaridad y el control al diferente y ello incumpliendo los pactos con
otros pueblos. Jabetasuna para los vascos lleva consigo la voluntad irrenunciable de libertad e independencia:
valores a los que no existe constitución ni ejército capaces de domeñar. Lo evidenciaron
derrotando a Carlomagno en Orreaga; en
Amaiur los invasores tuvieron que arrasarles porque nunca se rindieron. Pero a
pesar de ello transmitieron su ADN y hoy persiste a pesar de invasiones y ocupaciones extranjeras. Euskal Herria es
un pueblo sencillo que respeta la libertad de los demás pueblos, pero defiende con orgullo la suya tal como ha demostrado a lo largo de
la historia. Jabetasuna es nuestro ADN.
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