Si, señores del Gobierno Vasco: Poner una vela a Dios y otra al diablo
puede ser una salida que no compromete, pero la realidad es que la
desgarradora queja de José Moreno debería ser respondida con sinceridad,
a pesar de los riesgos políticos y amenazas que reciban de los
victimarios y sus amigos. Sepan que el pueblo no se resigna y que no
habrá paz real hasta que se haga justicia. Tienen gran parte del pueblo
vasco detrás y los crímenes contra la ciudadanía sólo se olvidan si hay
reparación sincera.
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