sábado, 22 de octubre de 2016

NOBEL DE LA PAZ A TERRORISTAS



 NOBEL DE LA PAZ A TERRORISTAS
Con motivo de la concesión del Nobel al Presidente Santos de Colombia,  recibe  continuos elogios por el coraje demostrado al lograr el fin de la violencia armada sin vencedores ni vencidos, aunque el acuerdo con la guerrilla  haya sido rechazado en  referéndum. Es motivo de general satisfacción en todos los países, especialmente en los que han sufrido las consecuencias de violencia armada, si bien parece que se  oculta intencionadamente que Santos fue el Ministro responsable de la guerra sucia del gobierno de Uribe con el propósito imposible, visto que han pasado 50 años, de derrotar  por las armas a la guerrilla. Fue el furibundo  ejecutor de la política represora de las fuerzas armadas y policiales  sobre la población civil,  con asesoramiento, armamento y apoyo de inteligencia  de expertos en la lucha  antisubversiva de EEUU. Todo ese pasado de horror de ambos contendientes  se ha dado por bueno porque finalmente se ha firmado  la paz, pero no conviene olvidar la historia para no repetir el dolor de inocentes. Nelson Mandela, que llegó a presidente de Sudáfrica después de permanecer en prisión más de 25 años  condenado por terrorista,  recibió el Nobel de la Paz. A Isaac Rabin, Presidente de Israel,  se le concedió  a pesar de ser el  responsable de  masacrar a los palestinos. También le fue concedido a Henry Kissinger, el halcón que derrocó a Allende  apoyando a Pinochet. Así pues, el  Nobel se otorga con criterios no siempre fundados en la paz y no sería extraño encontrar a Felipe González , G. Bush, Hassad, Aznar, Rajoy o algún iluminado del ISIS ante el Parlamento de Noruega. Bastaría algún  opinion-maker con apoyo de la prensa internacional. Si surgiera en España un Ernesto Sábato con  coraje para redactar un informe sobre lo aun oculto de  la guerra civil. la dictadura y la transición semejante al que presentó a la CONADEP titulado “Nunca Más” sobre las hazañas de la Junta Militar Argentina,  quizá no  nos sorprenderíamos si  algún día se concediera el  Nobel de la Paz a  algún vasco condenado por terrorismo después de  cumplir la sentencia en prisión  que se le impuso,  ganando  las elecciones y siendo  proclamado Lehendakari del Gobierno Vasco.  También premiaron a Obama a pesar de que crea que La Paz es sólo la capital de Bolivia.

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