JUGAR A LA GUERRA.
El tipo de políticos mundiales que nos lideran no podían hacer otra cosa más divertida que la guerra que están preparando en Ukrania. De una parte el jefe de los “buenos, el venerable Biden,”, que deberían recluirlo en una residencia de ancianos contando batallitas a sus nietos. Por otra, Putin, “el enemigo, el Oso Ruso”, experto torturador de la KGB que intentó envenenar a su opositor, Navalni, al que ha encarcelado por pensar. En medio, el botín de guerra, lo único serio: el gaseoducto Nord Stream, por el que fluirá el gas ruso y los euros de Alemania. Otro protagonista es el borrachín inglés Boris Johnson que está en trance de ser destituido por juerguista. También Macron, perejil de todas las salsas que está preparando su particular Afganistan huyendo de Mali. Los demás protagonistas son los extras de la OTAN que participan en el reparto para crear ambiente bélico esencial en los War Games. Junto al prestigio de la soldadesca española que además de dos corbetas y algunos cazas, sobre todo hacen los recados a los mafiosos de la OTAN y a la UE el achacoso Pepe Borrell. .. Pero quien tiene todas las bazas para ser perdedor será la población de Ukania gobernada por el cómico de profesión Volodimir Zelennski. Que tratando de divertir a su peña, la OTAN, está entrenando a la población en técnicas de combate por sus fanáticos militares. .Seguramente no saben que en su país explotó hace 50 años una central nuclear en Chernovil cuyas consecuencias sobre la salud de la población todavía sufren muchos niños y niñas que vienen a recuperarse a Euskal Herria y son recibidas por familias vascas de adopción con cariño. Por lo demás, las guerras de la OTAN son más cómicas que las de Gila.
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