HEMOS APRENDIDO ALGO DE LA COVID 19 ?.
Los políticos españoles poseen la facultad de difundir entre la población cualquier tema por banal que sea y hacer de ello causa que arrastra, sea sobre deporte, bodas de famosos o vacaciones, hasta que se produce el siguiente acontecimiento. Es una sociedad sin ideas propias y que siempre se discuten apasionadamente. Con la pandemia del Covid 19 los medios y tertulianos han desarrollado una difusión frenética, pero orientada a aspectos superficiales como marcas de las vacunas que se inoculan o el énfasis por disfrutar alternado en los bares, pero se han obviado las consecuencias de la extensión de los contagios, el tremendo número de muertes que ha causado y el coste económico que está suponiendo y el que de ello se derivará. Los políticos, jueces o militares que carecen de conocimientos en la materia se han otorgado el derecho a interferir en las decisiones de los expertos sanitarios estando al borde del colapso, tanto por el esfuerzo que ha exigido atender a una pandemia como por tener que afrontar las trabas de los políticos en materia sanitaria. La ciudadanía se ha preocupado de eludir los controles que los expertos recomendaban con actitud que produce vergüenza, pues a pesar de la extensión de los contagios se convocaron fiestas ilegales de las que se derivaban focos infecciosos exigiendo complejos procesos detección , hospitalizaciones con tasas de mortalidad que provocaron un efecto sociológico penoso en determinados círculos de edad, aunque en otros, ciudadanos irresponsables tomaban como una pugna para eludir los controles policiales imprescindibles para reducir la extensión de la pandemia. Realmente la ciudadanía en general ha dado una imagen de responsabilidad bastante pobre, salvo la ejemplaridad demostrada por la clase sanitaria que ha soportado un trato humillante por parte de las autoridades políticas y judiciales y una gran falta de solidaridad de la sanidad privada.
1 comentario:
Creo que sí hemos aprendido muchiiisimo, que la Sanidad Pública no es lo que nos decían: "la mejor del mundo", desmantelada, los sanitarios en precario sin equipos de seguridad y los centros de atención pública cerrados y/o en mínimos.
La Sanidad Pública y sus representantes de las Autonomías los más preparados, con distintos criterios y evaluaciones del Covid-19 que contagia a distintas horas y según sople el siroco y ellos poniendo el dedo para ver que dirección lleva, así quedan como los grandes expertos en espeleología egipcia.
La educación publica parecido: aulas cerradas, sin clases o con clases virtuales, quien tuviera o pudiera acceder a un ordenador, no todos los alumnos pueden acceder.
Las residencias convertidas en tanatorios, los responsables debían creer que los residentes se hacían los muertos para protestar por protestar y en muchas residencias protestaron a decenas casi todos los días.
Y por supuesto el efecto económico en la sociedad, la lentitud de los poderes del Estado en dotar medios para minimizar la precariedad en los grupos más vulnerables y en las colas del hambre, y otros han protestado por que quieren más libertad con bandera y toros, más cerveza, y por supuesto más dinero para gestionarlo a su manera.
Este Covid-19 ha sido y es un gran maestro que nos prepara conocer nuestros errores y nuestros aciertos como sufridores del caos pandémico en la sociedad.
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