¡QUÉ DURO ES SER RICO!
Con este lamento se expresaba dolorida la Baronesa Tyssen, viuda de Hans Heinrich
Agost Gabor Tasso Freiherr von Tyssen.Bornemisza de Kaszor et Imperfalva. Los
plebeyos se ofenderán ante la desconsideración de la Baronesa, pues muchos de
ellos desearían sufrir el suplicio de ser noble y poseer fortuna, lo que obliga a la aristócrata a soportar la
servidumbre de pertenecer a su selecta sociedad con el estilo que sólo se puede
adquirir viviendo en ambientes tan
exclusivos. Tiene razón la
Baronesa, pues la tensión y la responsabilidad es angustiosa: asistir a actos protocolarios sin
descanso, siempre manteniendo el tono y las formas. Debe controlar la marcha de
sus empresas, unas en Suiza, otras en Panamá. Vigilar el numeroso, costoso y
rebelde servicio doméstico. Pendiente de inspecciones fiscales para revisar exhaustivamente sus
declaraciones, obligándole a despachar
con asesores, abogados, inversores, planificando
los movimientos de sus fondos repartidos por todo el mundo en remotas Offshors.
Ser Presidenta del Museo Thyssen requiere una atención permanente vigilando tanto sus finanzas como atender el
protocolo que impone ser la aristócrata
a la que los medios vigilan para
descubrir el fallo que alimente el morbo de los amables periodistas del
corazón. Realmente se comprende que envidie la paz que disfruta la plebe, pues
“Tita” sabe que son felices, más allá de tener que buscar trabajo, aunque sea basura, pero sin que les
preocupe Panamá, ir a Suiza para controlar a sus testaferros o vender algún
cuadro de su colección sin autorización oficial para hacer caja y vivir con la sencilla elegancia que requiere su
rango. Adora a la plebe, aunque a veces
se sienta agobiada, pues esta gente
sencilla aspira llegar a ser algún día como la Baronesa jugando a la
lotería o a las quinielas. Y siempre corroídos
por la envidia por no tener alguna
Offshore en Panamá o en otro paraíso fiscal, si bien temerosos de la Agencia Tributaria
por si le descubren aalgún paoó al
fontanero en negro y sin IVA o que la policía les aporree por manifestarse
porque les ha engañado el banco donde
invirtió todos sus ahorros en
preferentes. Pero, cómo comparar el esfuerzo de la Baronesa Thyssen
con el de esta gleba inculta e insaciable?. Cierto que en caso de ser imputada
ante los tribunales, sabe que el juicio
no se celebrará en décadas y en último
extremo, siempre habrá una amnistía fiscal que le evite riesgos inoportunos.
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