lunes, 27 de junio de 2016

EL CUENTO DE LA LUCHA CONTRA EL FRAUDE FISCAL



EL CUENTO DE LA LUCHA CONTRA EL FRAUDE FISCAL
La pasión sobrevenida en elecciones por los políticos por la lucha contra el fraude está tomando dimensiones cómicas:  hacen castillos en el aire en sus programas   prometiendo incrementar las partidas de gastos sociales sin subir los impuestos  ni rebajar los sueldos de los políticos o altos funcionarios. Han descubierto que es un clamor popular el tremendo fraude fiscal y la corrupción de los poderosos y han encontrado el talismán que la población aceptará sin ninguna duda: incrementar el gasto social  combatiendo al defraudador que elude el pago de los impuestos.. Los ingenuos son legión y muchos lo creerán. Pero lograrlo no es tan fácil, puesto que incluso en los estados más avanzados se parte de la premisa de que un nivel razonable de fraude es inevitable e incluso contribuye al  crecimiento de la economía. La solución mágica es perseguir el fraude fiscal que es más importante en las clases poderosas que tributarían  más y se podrían cumplir todas las promesas que hacen los candidatos cuando se vienen arriba. Otra cosa, sin embargo, es implantar el sistema eficaz para detectarlos y paguen lo que les corresponde. Porque incluso las administraciones públicas han elevado a norma legal el  fraude: las SICAV son estratagemas legales para que los patrimonios importantes paguen sólo el 1%, mientras que los ciudadanos del común pagan entre el 15 y el 48% de sus rentas. Además, los bancos, las multinacionales y defraudadores cuentan con la posibilidad de trasladar sus sedes sociales y sus fortunas a otros países con fiscalidad más ventajosa y dejar de pagar aquí sus limosnas.. Y en último extremo cuentan con que  hacienda decreta periódicamente amnistías para “estimular” con ven tajas el regreso de sus patrimonios legalizados  con todas las bendiciones. Y siempre con la permanente amenaza de cambiar el domicilio fiscal si algún gobierno progresista pretende hacerles cumplir las leyes fiscales  votadas en su Parlamento. Con la garantía de que  si tienen que comparecer ante los tribunales por  algún delito, siempre tienen la expectativa de que su causa se eternice gracias a la complicidad de  jueces y fiscales sumisos, y en último extremo, que el Montoro de turno decrete una amnistía fiscal que  aprobará el partido en el poder. De manera que el fraude es el motor del bienestar social que disfrutan los que no poseen alguna Offshore en paraísos fiscales.



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