La justicia española, tan estrafalaria y temida por su irracional rigor y los errores de sus sentencias que les son revocadas por los tribunales europeos, junto a la “personalidad” de sus jueces más icónicos, ha elevado aun más su prestigio gracias a la original sentencia que será estudiada en las facultades de derecho más prestigiosas. Se trata de la emitida por la jueza de Marbella, Maria Belen Ureña, que ordena la separación de su madre de su hija de un año, y vaya a vivir al domicilio de su padre en Marbella argumentando consideraciones de tipo exotérico ajenas al derecho que ha suscitado comentarios irónicos en la prensa. Ahora, han aparecido las que se derivan de sus inmensos conocimientos de otras ciencias ajenas a las judiciales dando lecciones a médicos, ingenieros y hasta vulcanólogos cuando los jueces les consultan sus criterios como expertos.. Esta jueza fundamenta su sentencia en los perjuicios para la niña por vivir la madre en una “pequeñísima” localidad de la “Galicia Profunda” , entonando un canto pleno de lirismo en favor de la “cosmopolita” Marbella dotada de todo tipo de infraestructuras, colegios privados y públicos para que la niña tenga un ambiente de desarrollo integral”.. En cambio, según la sentencia, el pueblo donde reside la madre ”está lejos de todo” y “no tiene opciones laborales”. Para la abogada de la madre en su recurso al CGPJ la expresión “ Galicia Profunda” supone un desprecio tanto para Galicia como al medio rural.. Argumenta la letrada que su reflexión no es una mera opinión, sino que el criterio decisivo para retirar la guarda y custodia es “extravagante e irrespetuoso”. Fedamur recomienda a esta jueza que se pase una temporada en la Galicia Profunda” para que descubra los numerosos elementos positivos que un pueblo tiene para el desarrollo de un niño”. Pero tras estas consideraciones sobre el estrambótico razonamiento surge la duda de si la preparación profesional exigida para ingresar en el cuerpo judicial es la más adecuada para fundamentar sentencias que más bien dan imagen de jueces cuyas mentes que en muchas ocasiones ocupan juzgados están “pasados de rosca” a causa de ser sometidos a pruebas selectivas tan irracionales que nada tienen que ver con la justicia que administran y sí con su equilibrio mental . Podría exigírseles para ingresar en la judicatura lograr explicar las tarifas eléctricas o acertar las quinielas.
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