jueves, 9 de septiembre de 2021

ALGO PASA EN INTERIOR

 

ALGO PASA EN  INTERIOR.

Es sospechoso que Marlaska decida expulsar a varias tandas de jóvenes y niños marroquíes que huyeron a Ceuta presionados por las autoridades marroquíes en   represalia  por darse cobijo en un hospital español  al  Presidente de la RASD afectado por el Covid 19.  Las intervenciones públicas  de Marlaska  defendiendo su decisión  son vergonzosas  y que  que se han tomado en la Presidencia después de la crisis de gobierno destituyendo  inesperadamente a   varios ministros. Se oponen a ello diversas ONGs, Ministerio de Asuntos Exteriores  y lo han  manifestado los propios jóvenes,  muchos de ellos  han huido  a Ceuta para no ser deportados.   La opinión de las instituciones que velan por los derechos de la infancia  es que  son  niños abandonados, homless. Que constituyen una carga para el gobierno alauita que quiere quitárselos de encima y de paso vengarse por la decisión humanitaria  de España. Es sabido  que el ministro es juez, por tanto que conoce la legislación;  además es extemporáneo, pues  después de que un juzgado de Ceuta ha ordenado  paralizar las expulsiones, aunque posteriormente la Audiencia Nacional  ha revocado la paralización del juzgado de Ceuta,  pendiente de indagaciones posteriores, ello  es ya un  despropósito, pues mientras se seguirá  enviando niños  que según las ONGs consultadas, la mayoría no quieren  volver a su  país de origen porque  temen ser  de nuevo maltratados.  Marlaska  defiende su decisión argumentando que todo el proceso se ha hecho de acuerdo con las legislación  protectora  de la infancia, pero a raiz de la decisión del juzgado de Ceuta de  suspender  las expulsiones, en  posteriores  declaraciones el ministro  afirma  con todo el cinismo “que si  ha habido algo no correcto se cambia  y asunto arreglado”. Y lo dice un juez.  El problema no es cambiar lo que no está  bien hecho, ello va de soie, sino  que hay que analizar si sus decisiones,  ya  irreversibles,  constituyen delito. La realidad es que Marlaska  provoca  conflictos tanto por sus sentencias que son sistemáticamente revocadas por tribunales europeos, como ahora como ministro de Interior, pues actúa como si aun estuviera en la Audiencia Nacional.

 


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