JUICIO AL PROCÉS: RIESGO DE EUFORIA

 JUICIO AL PROCÉS: RIESGO DE EUFORIA

El Gobierno Central y el M. de Justicia en particular ha preparado con primor el juicio contra el independentismo catalán tratando de recuperarse de las cornadas  recibidas  tanto en el interior como desde la comunidad internacional como consecuencia de los errores cometidos en el Procés, tanto en el aspecto judicial como por la mala  imagen que se  ha creado. Sin embargo, no se debería desdeñar el riesgo que se pueda derivar de la sentencia, sea cual sea, pues el independentismo catalán la  necesita  del Supremo para presentar recurso en Estrasburgo. La sorprendente declaración del Tribunal rechazando supervisores internacionales bajo el pretexto de que  las sesiones serán televisadas resulta de una ingenuidad que ya está haciendo sospechar  a los medios internacionales. El  argumento para garantizar la justicia del proceso afirmando  que se llamará a multitud de testigos es irrelevante, pues el 80% son  miembros de las FSE, pof tanto,  testimonio de parte. El Gobierno da por sentado que la sentencia que el recurso que presenten los presos al TEDH será  opuesta a la del Supremo, salvo que haya un rayo mínimo de agudeza y no caigan en ingenuidad de empeñarse en  que el juicio sea ejemplarizante para prevenir  cualquier  nueva veleidad independentista. Porque no es imaginable que se condene a los políticos catalanes encarcelados o huidos,  y a encausados y a continuación  se encuentren con tener que  apagar el incendio que surgirá tanto en Catalunya como  colectivos progresistas del resto del estado o  en los países democráticos del globo ante una sentencia  que siempre será catalogada   política. . No cabría imaginar ni como  hipótesis  que la sentencia de Supremo  fuera absolutoria y hubiera  que adoptar  las medidas lógicas  en Catalunya  adecuando  la legislación consecuentemente.  Lo que sí será una realidad es que en todo caso, sea la que sea, va a provocar importantes cambios y todo ello por la obcecación de la justicia española que ha querido imponerse a la de los países democráticos.