lunes, 12 de febrero de 2018

CUÁNDO FINGEN LOS POLITICOS?



CUÁNDO FINGEN LOS POLITICOS?
Es sabido que  los políticos tienen que tragarse diariamente un sapo para poder mantenerse en el cargo. Uno de ellos   es encajar con una sonrisa los insultos y acusaciones que se hacen desde las tribunas y medios  y preparar adecuadamente  la respuesta. O en elecciones, las acusaciones de corrupción  o los solemnes compromisos  en entrevistas y mítines asegurando que no formarán coaliciones  con los que después de proclamarse los resultados formarán gobierno para repartirse el poder y colocar a los suyos. Esos diputados  se enfrentan atacándose  como víboras desde las tribunas, pero  al terminar la sesión se encuentran en la cafetería para charlar y acordar la próxima subida de sus sueldos y sinecuras o  ver cómo se puede tapar algún marrón en el que se vean afectados, - hoy por ti, mañana por mí-  que diría el cínico. El espectador que observe el espectáculo se interrogará:  cuándo están diciendo la verdad, cuando se echan venablos en la tribuna, en declaraciones en los medios o en los mítines electorales, o por el contrario, fingen los  enfrentamientos y confidencialmente se cuentan sus cuitas para apoyarse y  mantenerse en sus escaños sin sobresaltos y colaborando en negocios particulares porque los cargos políticos -dicen-son efímeros y hay que aprovecharlos, aunque evitando que el   periodista ambicioso le despelleje y tenga que dimitir o peor aun, que aparezca  el juez  estrella en busca la notoriedad, le abra un contencioso  y tenga que sufrir el protagonismo no deseado de parecer diariamente en los medios para escuchar sus aventuras reales y las que se le ocurran al periodista sin conciencia que necesita descubrir algo para aparecer en primera página. En ese caso, ya se sabe, nadie le va a echar una mano, pues el código no escrito exige que las fechorías pueden durar el tiempo que tarde el periodista en descubrirle su punto débil, que, aunque se crea vacunado contra el  riesgo de ser descubierto, no tienen bula y  a partir de ser detectado dónde hurgar, se tiene que solucionar los problemas por sus medios, que  cada uno aguante su vela. La solidaridad depende de cada partido, pues los políticos astutos saben acumular pruebas para sacarlas en su defensa en caso de que el partido quiera abandonarle a su suerte: el afectado sabe dosificar información al periodista que, según el caso convenga, que afecte negativamente  a su partido. Cuántos de nuestros políticos han quedado socarrados a la intemperie por no haber previsto  aprovisionarse de  munición que les saque del atolladero  en caso de tener que salvarse.


2 comentarios:

IRIS dijo...

Cuando fingen los políticos, Javier? creo que fingen a ratos porque el resto mienten sin ningún sonrojo, sin pestañear y sin que se les mueva un pelo, además que lo llevan tan interiorizado el mentir que se creen sus mentiras o que los ciudadanos somos tan crédulos tan crédulos que nos tragamos sus mentiras a palo seco ( creo mas bien esto último).
Pero no es culpa de los políticos mentirosos...es del ciudadano quien debiera exigir su dimisión o botarles en épocas de votar.
Saludos!!

egaz dijo...

Quizá, Iris, tendremos todavía que reflexionar los de a pie si es posible hacer política sin mentir. O para mejor expresarme. Como creo que dijo Julio Contázar: "La política no puede convertir a un ladrón en candidato, pero con tu voto puedes convertir a un ladrón en político". Además de ser una frase digna de este formidable escritor, fíjate cómo serían las cosas si el político de turno nos contara habitualmente las cosas que hacen o no hacen tal como suceden. Estaríamos seguros de aceptar que nos vaticinaran, por ejemplo, que los que se creen los cuentos de los políticos y se ilusionen, se enteren de que van a subir los impuestos, hay que apoyar a los bancos, hay que sacar la cara a los evasores. No será mejor soñar con los angelitos y que los garrotazos vengan de repente? Porque vivir acojonado no es vivir. Jeje. Es una broma para que te rías.