EL CASO ATUTXA: Y VAN…
El TEDH ha condenado a España y rechazado la sentencia
del Constitucional que denegaba el amparo del Supremo a Atuxa, Knör y Bilbao. La condena se limita a a indemnizarles con un € a cada uno, más 600 € para gastos
judiciales, a todas luces benévola y ofensiva.. Pedían 40.000 €,. Es una muestra más de la
falta respeto y objetividad de los
tribunales españoles que invaden impunemente otras jurisdicciones
representativas de la voluntad popular, mostrando que sus sentencias tienen
marcado contenido político.. Y ya son muchas: ya una de ellas les supuso un gran rapapolvo con la anulación de la Doctrina
Parot. La tradicional sensación de
impunidad y soberbia de los altos
tribunales españoles se ve una vez más rectificada por otros internacionales
que emiten sentencias con fundamentos jurídicos y rechaza las de los españoles
que las emiten en función de instrucciones del gobierno de turno que es quien
nombra y separa a los jueces que
componen los altos tribunales. Lo grave no es la indemnización, que es irrisoria;
es que la reacción del Constitucional se
limita a recibir la humillante sentencia sin rechistar, mostrando su mala
conciencia; y la del gobierno que no termina de comprender que los tribunales
existen para impartir justicia, no para dar forma jurídica a las decisiones
políticas que le convengan, Es habitual que leyes elaboradas por el Parlamento Vasco
vienen siendo impugnadas ante el Constitucional ninguneando la institución democrática que
representa a todos los vascos. En Europa
los tribunales actúan de acuerdo con reglas de la democracia y emiten
sentencias basadas en leyes justas; en España los tribunales superiores están
compuestos por jueces afines a los partidos en el poder de turno y aplican leyes
que ni el propio gobierno ni los tribunales respetan. Así es que ofrece el
espectáculo grotesco de que sentencias politizadas
son rechazadas en Estrasburgo. En un artículo publicado por un juez español
afirmaba que nuestro el sistema de selección de los jueces es el más riguroso del mundo. Será así, pero no dice que sus
sentencias también son las más frecuentemente revocadas por tribunales internacionales.
Sorprende que los corporativos jueces y
fiscales que ven el descrédito de su imagen en Europa no exijan responsabilidades. Les falta coraje para denunciar estas irregularidades
porque temen perder su status. De ahí el
desprestigio de la justicia ante la
ciudadanía que le hace desconfiar de los jueces españoles después de las
estratosféricas peticiones de los
fiscales a unos jóvenes de Altsatsu por
unos hechos similares acontecidos en Valencia que han terminado con una simple multa .
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