lunes, 19 de diciembre de 2016

"EL TRACTOR DE AITOR Y EL GRANO DE MARIANO"



“EL TRACTOR DE AITOR Y EL GRANO DE MARIANO”
Con este “ocurrente” pareado entre Rajoy y Esteban en la ceremonia de investidura como presidente, y como si se tratara de  una fiesta floral entre poetas, a pesar de la banalización a la que el PP ha sometido al PNV,   se ha recuperado el espíritu de pactos abandonado hace cinco año gracias a su  mayoría absoluta,  considerando a los Jeltzales  un partido separatista insignificante que había que marginar para domar sus impertinencias. Cuesta entender ahora que el Gobierno Vasco acepte negociar con el Central después de las reiteradas humillaciones y desprecios de que ha sido objeto,  suponiendo para la ciudadanía vasca un trato  indignante. Madrid ha perdido su mayoría absoluta y necesita votos y por eso se acerca con argucias y promesas   suplicando votos, sin atreverse Gasteiz  a exigir disculpas por el trato indigno al que han sometido a las instituciones vascas. Es aceptar otorgarlos a cambio de un plato de lentejas. Así es como se pierde la dignidad: negociando y mercadeando  como si se tratara de  verduleras. Ahora sí están dispuestos a retirar los recursos  presentados ante el Supremo, cuando se han pasado cuatro años impugnando  leyes legítimamente aprobada por el Parlamento Vasco. El PNV acepta sin rechistar la prepotencia de la que hace gala el  franquismo reconvertido cuando eran suficientes sus votos para tumbar cualquier proyecto que no les  gustase. Cómo se puede admitir que haya pendientes de transferir aun  36 competencias amparadas por el Estatuto de Gernika. Cómo no  se aprovecha la oportunidad para exigir que  se nos reconozca como nación y se permita a celebrar un referéndum identitario. Cómo no se condicionan los votos a la solución del problema de los presos vascos, rehenes para mantener la presión después del cese de la violencia.. Ahora darán luz verde a la Y Vasca, nos devolverán los 1.600 millones pagados en exceso por el cupo. Nos venderán el cuento de que estudiarán transferir la gestión de los recursos de la Seguridad Social, y quizá la patata caliente de las prisiones. Pero las fuerzas policiales y militares seguirán aquí sin moverse, a pesar de que el Estatuto Vasco exige la salida. No es de fiar  el PP. Parece que el PNV ha perdido la memoria y quien la pierde, está condenado a repetir errores.
 
J

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