lunes, 29 de enero de 2024

LA AGRICULTURA FUENTE DE SALUD Y VIDA

 

LA AGRICULTURA  FUENTE DE SALUD Y VIDA..

Ya los griegos se interesaron por las materias que  componen la vida en el planeta . Son,  el fuego, que provoca incendios y  el agua que los apaga. Son opuestos en  urgencias  y  supervivencia.  Pero ambos  nos han hecho progresar, aunque   a un paso del  desastre, mientras   los políticos  siguen la fiesta  culpando de ello  a la ciudadanía. Las frías estadísticas  ocultan lo   humano de la  actividad  económica y social. Pero dan   datos críticos que aproximan a de la realidad.   En este año en  España  se  ha quemado   la superficie equivalente a Gipuzkoa y  tenemos un 36,86% de agua  embalsada  de la capacidad disponible. Por estas fechas, hace un año era el 43, 77% y la media de los últimos  10 año el 55,57%. En relación a los efectos del fuego poco hay que añadir a las imágenes  de  incendios voraces sobre los que sobrevuelan aviones echando agua y bomberos jugándose la vida, apesadumbrados ante la   dimensión  de la tragedia. Los políticos  visitando las zonas, prometiendo más medios y culpando   a la imprevisibilidad de la naturaleza,  enterrando  fondos públicos ilimitados  para ocultar  su incompetencia y la carencia de   políticas agrarias preventivas   que deberían haberse implantado   muchos años antes  vistas las  pérdidas  acumuladas. Pues  además del efecto económico en  la tierra y las cosechas,  provoca el abandono de  los agricultores de los espacios que son su medio de vida. Es necesario una política preventiva agraria   integral  a la que dedicar medios técnicos y humanos de expertos en todas las ciencias concernidas: desde un sistema de seguros agrarios con  fondos públicos, hasta un plan nacional   de lucha preventiva contra  incendios que se desarrolle a lo largo de todo el año,  no sólo para apagarlos. Hay que crear  un cuerpo  nacional civil de bomberos evitando   el despilfarro   militar.  Como  campos y  montes   dejan  de ser  cultivados, no se pueden   regular los pastos para evitar incendios.  La ciudadanía  debe valorar que  el campos es un  regenerador de la calidad de vida de la humanidad, por lo que no se pueden abandonar. Hay que recuperar  la agricultura autóctona   como   fuente de salud y para  asegurar el autoabastecimiento. Que vivir en el campo no  sea para  viejos o   ricos  para  fines de semana o para especulaciones inmobiliarias.  Los baserritarras son  esenciales,  pero  sin limosna.

 

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