PREDICAR Y DAR TRIGO
Los políticos , los medios de difusión y las instituciones públicas han perdido toda credibilidad y la ciudadanía procura eludir a los prebostes en los medios en campaña cuando pretenden vender mercancía averiada con argumentos entre suplicantes y cínicos. Pero a veces la excepción llama la atención y surge la actuación extraña del gobierno o instituciones cuando promueven la justicia, denuncian y reprimen a quienes se aprovechan de quienes no pueden valerse por sus medios para cubrir sus necesidades. El Gobierno Vasco ha impulsado y financiado el Proyecto Eusten, gestionado por Bidesari, perteneciente a la Pastoral Penitenciaria del Obispado de Bilbao. Se trata de un centro de acogida para personas presas con enfermedades graves, que deben progresar al tercer grado como paso previo a la libertad condicional, pero carecen de respaldo social o familiar. Igualmente es de reseñar que Lakua ha destinado 1,1 millones de € para subvencionar a la ONG Zaporeak que desde 2018 reparte diariamente 2000 raciones de comida a emigrantes y refugiados en la isla griega de Lesbos. Lo llamativo y excepcional es que son instituciones públicas las que aportan fondos procedentes de partidas de los presupuestos destinados a fines sociales, evitando el espectáculo lamentable de ONGs postulando para financiarse con fondos privados que se recolectan a través de campañas agresivas y molestas que con técnicas de marketing tratan de captar fondos en las calles principales en las ciudades que abordan a los viandantes que tienen que ingeniárselas para eludirles. Se desconoce cual es el control al que se someten los escasos fondos que captan por este medio, pero es evidente que la pobreza no se puede combatir con limosna, sino desde la justicia y con fondos de las instituciones públicas presupuestados, evitando que la ciudadanía tenga que soportar el relato motivador para lograr el compromiso de una suscripción. La forma de captar fondos para atender estas necesidades sociales es índice de la calidad de la justicia de un país y de la democracia de los organismos oficiales que deben responder a esas las necesidades desde la justicia desterrando el paternalismo habitual tan humillante.
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