MUNICIPALES Y PISTOLAS

MUNICIPALES Y PISTOLAS La nueva Ley de Policía aprobada recientemente por el PNV, PSE y el PP impone que todos los cuerpos de Guardia Municipal de la CAPV portarán pistola . Era una reivindicación de los sindicatos policiales, lo que muestra la escasa capacitación psicológica y autoestima con la que se les prepara para su actividad, pues supone protegerse tras una pistola y que la ciudadanía sepa quien manda en cualquier conflicto y se dejan de valores como la vocación de servicio o la empatía con la ciudadanía, entre insultos y porrazos . Con pistola son más eficaces porque tienen la fuerza, aunque no la razón: en ese submundo de valientes, héroes y desprecio por la psicología, la razón es fuerza. No es una simple opinión, es la conclusión de una encuesta en la que 9 de cada 10 municipales de la CAPV se declaran a favor de portar pistola. Es un dato lamentable, ya que en los países más preocupados por los derechos humanos los servicios de orden público menores se ejecutan sin armamento, pues estimula la confianza popular, en cambio aquí se tiende a eludir a la policía porque teme las inciertas consecuencias que puedan derivarse de la actitud o estado de ánimo de los agentes. En realidad las armas son manifestación de falta de dominio en sí mismo, pues la necesita para sentirse seguro. Es la consecuencia del sistema de reclutamiento poco racional que valora excesivamente actitudes o capacidades de fuerza u otros opuestos a la misión básica de los servicios policiales que es proteger a la ciudadanía y no hacer de carteros, echar multas o apoyar desahucios de ancianas por no pagar la renta porque no les da con las pensiones. Quién no ha tenido que ver alguna vez el espectáculo de munipas junto a sus coches patrulla, impertérritos, con la pistola en la mano o inmovilizando con llaves de judo `para detener a algún quinqui esposado en el suelo suplicando piedad. Aunque sus virtudes humanas ya se las propaga el alcalde en elecciones o en los silencios ante el ayuntamiento cuando no evitan el asesinato por su macho de una mujer indefensa a pesar de haberlo denunciado, por la escasa capacidad deductiva de los agentes en cuya misión preventiva fracasan. J