sábado, 3 de septiembre de 2022

EL GOBIERNO VASCO VA POR LIBRE

 EL GOBIERNO VASCO VA POR LIBRE

Un tertuliano afirma que el GV está diseñado para gobernar una autonomía,  que le viene grande si tuviera que administrar el Estado que es  a  lo que aspira.  Es la razón por la que Madrid se atribuye el derecho a  controlarle  a través de los tribunales. El GV toma  decisiones extrañas, pues respecto a  los presupuestos,  el grado de cumplimiento es errático con desviaciones que  cuestionan  si  son  herramienta  para controlar el gasto o   sólo  una formalidad retórica para presentar ante el Parlamento. A fines del 2021  el Consejero de Hacienda expresó su satisfacción porque   disponía  de 1000 millones de €. de liquidez.  Parecía como si el objetivo de la administración pública  fuera asegurar su solvencia  y no aplicarlo en    beneficio de   los contribuyentes. Nuevamente  alardea de que la recaudación fiscal ha crecido un 10 % interanual como si ese fuera  un éxito. Decía Joseph Stiglitz que quienes  provocan  las crisis y la inflación son los gobiernos que se limitan  a  enfrentarse a los problemas  gastando convulsivamente en lugar de analizar  con criterios racionales para  “salir del apuro”. La Ertzantza es un servicio  que actúa   ante hechos consumados,  sólo a posteriori  de   muertes, heridos, detenido, violaciones  o pinchazos que siempre son  fracaso sea cual sea el resultado. No concibe que el éxito de  la  seguridad se basa en la   prevención:  detener al delincuente, multar  al estafador   son hechos consumados que producen inestabilidad  y tensión  y  deben ser evitados por medio de las técnicas que ignoran por falta de criterio sobre el concepto de  la seguridad. Los  números de operaciones policiales   después de producidas son siempre  fracasos. Un catedrático de Económicas afirma que en toda  administración existe despilfarro estructural  y   que sólo con anunciar  la creación  de una comisión de control del gasto  descendería  un 30%.  Es humillante  que Urkullu  en  sus monótonos    discursos    termine culpando  a la ciudadanía de los  errores políticos  con frases vacías y  sin asumir ninguna responsabilidad. Los políticos no se tienen que esforzar demasiado, pues el votante es un ser dócil al que se le  maneja con  discursos  sobre  pandemias,  crisis económicas  junto a  la fiesta permanente que impiden  pensar. O se agobia   con imágenes patéticas de Afganistán, Palestina, el Mediterraneo o  de Ukrania.  El GV  debería  bloquear el envío  de   los 1000 millones  a la  OTAN  y lleguen  a Afganistan para que las niñas  de 10 años  no tengan  que casarse con viejos verdes.

 

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