EL GOBIERNO VASCO VA POR LIBRE
Un tertuliano afirma que el GV está diseñado para gobernar una autonomía, que le viene grande si tuviera que administrar el Estado que es a lo que aspira. Es la razón por la que Madrid se atribuye el derecho a controlarle a través de los tribunales. El GV toma decisiones extrañas, pues respecto a los presupuestos, el grado de cumplimiento es errático con desviaciones que cuestionan si son herramienta para controlar el gasto o sólo una formalidad retórica para presentar ante el Parlamento. A fines del 2021 el Consejero de Hacienda expresó su satisfacción porque disponía de 1000 millones de €. de liquidez. Parecía como si el objetivo de la administración pública fuera asegurar su solvencia y no aplicarlo en beneficio de los contribuyentes. Nuevamente alardea de que la recaudación fiscal ha crecido un 10 % interanual como si ese fuera un éxito. Decía Joseph Stiglitz que quienes provocan las crisis y la inflación son los gobiernos que se limitan a enfrentarse a los problemas gastando convulsivamente en lugar de analizar con criterios racionales para “salir del apuro”. La Ertzantza es un servicio que actúa ante hechos consumados, sólo a posteriori de muertes, heridos, detenido, violaciones o pinchazos que siempre son fracaso sea cual sea el resultado. No concibe que el éxito de la seguridad se basa en la prevención: detener al delincuente, multar al estafador son hechos consumados que producen inestabilidad y tensión y deben ser evitados por medio de las técnicas que ignoran por falta de criterio sobre el concepto de la seguridad. Los números de operaciones policiales después de producidas son siempre fracasos. Un catedrático de Económicas afirma que en toda administración existe despilfarro estructural y que sólo con anunciar la creación de una comisión de control del gasto descendería un 30%. Es humillante que Urkullu en sus monótonos discursos termine culpando a la ciudadanía de los errores políticos con frases vacías y sin asumir ninguna responsabilidad. Los políticos no se tienen que esforzar demasiado, pues el votante es un ser dócil al que se le maneja con discursos sobre pandemias, crisis económicas junto a la fiesta permanente que impiden pensar. O se agobia con imágenes patéticas de Afganistán, Palestina, el Mediterraneo o de Ukrania. El GV debería bloquear el envío de los 1000 millones a la OTAN y lleguen a Afganistan para que las niñas de 10 años no tengan que casarse con viejos verdes.
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