LA SEGURIDAD ES OPUESTA A LA VIOLENCIA..
Un viejo amigo danés sociólogo me suele mandar sus trabajos y yo a él algunos artículos de prensa vasca que me agradece. Recientemente me ha enviado una síntesis de una encuestan sobre el comportamiento humano realizada para un organismo público. Una de las cuestiones se refería a la reacción de los encuestados ante el cumplimiento de la ley o norma si sabía que no era vigilado. Las respuestas fueron, según el sociólogo, decepcionantes, pues la mayoría respondió que no la cumpliría y otra significativa que le era indiferente cumplirla o no. Su conclusión era demostración del fracaso del sistema educativo punitivo porque da la razón a los que opinan que el ser humano necesita tener a su lado a un mastín que vigile, que la policía es imprescindible en el orden natural de las cosas y reafirma que los poderosos justifiquen que deben seguir vigilando el rebaño para que los demás no invadan sus propiedades.. Es el derecho de conquista. Me pareció interesante la conclusión y le di mis puntos de vista. Quise agradecerle el detalle de acordarse de mí y aproveché para enviarle un denso articulo titulado “La mejor arma de un policía”, que ha aparecido recientemente en GARA, escrito por Jone Goiricelaia y Julen Arzuaga que hace referencia a las declaraciones de John Finnie, exoficial de policía escocesa y luchador por la democratización de la policía y que ha sido invitado a participar en unas jornadas sobre el modelo de seguridad organizada por Bildu. Explica Finnie que sólo el 3,5% lleva armas, pues de lo contrario se dificulta el contacto con su comunidad. Mi amigo danés ha elogiado el artículo, pero me acusa de exagerado, pues ellos tienen una policía implicada plenamente en la sociedad y que una exigencia a la hora de ser contratados es el nivel de formación en sicología y solución de conflictos. Que los excesos que se producen, por limitados que sean, se analizan a fondo y en su caso sancionados. Hace una serie de consideraciones respecto al bien de la paz social que es un valor que se opone radicalmente al criterio de orden público que se fundamenta en agentes sin ninguna vocación más allá de un puesto de trabajo seguro, a menudo resentidos, que están manipulados por mandos intermedios que son los que realmente imprimen el nivel de tensión y violencia al enfrentarse a la ciudadanía. Como para que Connie venga a dar clases de guerrilla urbana a la tropa española.
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