viernes, 30 de julio de 2021

LOS IMPERIOS TIENEN FECHA DE CADUCIDAD

 

 LOS IMPERIOS TIENEN FECHA DE CADUCIDAD.

 

Que Gran Bretaña haya sido un imperio que ha dominado el mundo durante siglos no garantiza que lo será para siempre, sino que  debe pasar  por  un cruel   proceso inevitable que terminará  por  descomponerse  para  convertirse en su  propia  caricatura  que ahora  ilustran las tiras de humor periodístico. En realidad todo el prestigio acumulado en la época victoriana  se ha  degradado hasta llegar al actual  de  histrión  mundial. Porque los últimos Premiers serán recordados por los soberbios súbditos de Her Majesty  por su  falta de visión estratégica política. A Cámeron se le ocurrió la genial idea de convocar un referéndum para afianzar su posición política y se convirtió  en   charlatán ambicioso y  sin ideas;  comparable con nuestro Presidente Aznar, pues le explotó en las manos el  BREXIT  y tuvo que    dimitir. Ignoraba que los referéndums los carga el diablo y se convocan sólo para ganarlos.  Le sucedió Theresa May, la rígida  e inepta dama que quiso emular a Margaret Thacher  y  bloqueó una posible revisión del resultado nefasto de un referéndum que está  precipitando  a Inglaterra  a escindirse  en  dos colectivos  antagónicos; uno, el de los nostálgicos, que añoraban recuperar el imperio, junto con   los campesinos y las masas incultas y viejas  glorias  victorianas. Frente a la próspera, culta y progresista  ciudadanía de Londres y  espacios de cultura y progreso; la de los  jóvenes formados, europeístas progresistas preocupados por mantenerse  entre las naciones líderes. Que son   conscientes de que todo el BREXIT es  el preludio del  ocaso de Londres como plaza  financiera europea que se convertirá en  sucursal  de Berlin o Paris y relegará al Támesis a   afluente del Spree o el Sena. El   desembarco  de  Boris Johnson     muestra   que su aspecto personal externo  es reflejo de su mundo  como político superficial  y  narciso, pues  en su delirio   se le ocurrió abandonar la UE con  un portazo desafiando  a la comunidad internacional. Lo remedió con una chapuza casi fuera de tiempo y es la consecuencia  del caos y que Gran Bretaña como   potencia ejemplar histórica  para muchas naciones.  BoJo  tiene unas expectativas   sombrías, aunque    80 millones de  ciudadanos sueñen  que pueden poner condiciones a los 500 de la UE.  Ojalá cunda el tradicional sentido común ingles  de las situaciones  en las que intervención  ha sido decisiva. Está en juego el futuro de Europa.

 

 

 

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