DE NUEVO EL RODILLO DEL TSJPV.
Está visto que los jueces necesitan protagonismo para que sus sentencias no pasen desapercibidas. Ahora le ha tocado al Ayuntamiento de Irun al que el TSJPV ha suspendido los perfiles lingüísticos para la convocatoria de 12 puestos para Policía Local. El fallo considera que son discriminatorios respecto a quienes no hablan el euskara. Es decir: prestar un servicio público en uno de los idiomas oficiales de la CAPV es discriminatorio y curiosamente si se refiere al euskara; sin embargo, exigir el español no lo es. Si un ciudadano acude a un municipal para información en euskara y éste no lo habla, qué deberá hacer, quizá expresarse por señas o pedir a un peatón si habla euskara para que se lo traduzca al castellano al municipal monolingüe? Parece ser que algún experto en lenguas se decanta por que en zonas bilingües los municipales patrullen por parejas, uno de cuyos miembros deberá hablar el idioma histórico de los vascos y así darían el servicio en su idioma y al mismo tiempo no se discriminaría al que lo ignora. Sólo con el inconveniente de que habría que duplicar la plantilla y, consecuentemente, su costo , pues las patrullas deberían componerse de un euskadun y un erdeldun. O alternativamente: que los vascoparlantes renuncien a su idioma y relegararlo para txokos y concursos de bertsolaris. Se ha producido un rechazo generalizado por parte de los organismos que promueven el euskara, pero se echa de menos la protesta firme del Gobierno Vasco y que la ciudadanía saliera a la calle en masa en demanda de jueces euskaldunes que no tengan que superar la oposición a base de saberse todas las leyes de memoria, sino , como señala Martin Pallín, emitan sus sentencias teniendo en cuenta el contexto en que se producen los hechos. Pero, es mucho pedir: los jueces necesitan mostrar que están asistidos por el Espíritu Santo y que no hay tribunal europeo que les saque los colores.
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