“FRATELLI TUTTI”, LOS DERECHOS HUMANOS.
Esta encíclica del Papa Francisco es denuncia valiente expresada en términos actuales que se le puede calificar de revolucionaria, pues supone un corte radical de las tesis tradicionales de las anteriores que se limitaban a defender el sistema manipulador del que la Iglesia ha sido difusora con un lenguaje sin compromiso que contribuye más a distanciarse del pueblo creyente que a proclamar el mensaje de Jesús. Aunque ya había precedentes de que fieles comprometidos iniciaron cambios con la Teología de la Liberación, fueron estigmatizados sin compasión por Roma. Por primera vez Francisco condena clara y rotundamente dos plagas que han incidido en la humanidad y que son medios para mantener las estructuras de dominio y de los poderosos sobre sus servidores: la guerra y la pena de muerte. Es inútil explicar las tesis sobre ambas tragedias de la humanidad, pues el valor de la denuncia está en el vigor y la contundencia de su condena. Sin medias tintas. A ello se añade la sorpresa que produce al lector sensibilizado que está radicalmente contra lo que constituye la barrera para el progreso de la justicia en la humanidad que es la esencia de la doctrina de los evangelios sistemáticamente manipulada por la curia romana y sus acólitos episcopales dirigidos con puño de hierro por los sucesivos papas para mantener a los creyentes en la incuria mental a los que adoctrina apelando a la tradición y a la idolatría y forzando la conciencia que es el fundamento por el que los fieles profesan los principios evangélicos de la fe. Realmente la línea de apertura ideológica que va diseñando Francisco tanto explicando los dogmas como para que penetre la libertad están siendo parcialmente cuestionados, pues aun falta empoderar la figura de la mujer en la iglesia equiparándola al hombre, pues no se entiende que después de 2000 años todavía existan prejuicios irracionales que las relegan a funciones auxiliares como si fueran seres inferiores..
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