MARLASKA: LA IMAGEN
REAL DEL IDILIO SOCIALISTA
Es sabido que para ser ministro sólo es necesaria una buena dosis de cinismo
para soportar impertérrito cualquier acusación ante toda evidencia en contra, a cambio de servicios prestados al presidente.
No se exigen conocimientos. Salvo para Ministro del Interior, para lo que se requiere
pertenecer a la carrera judicial, ser
tosco de carácter, poco fluido en su verbo y nulo dialogante. Debe ser
consciente de que su nombramiento limita su proyección política futura, pues sabe que va a ser repudiado incluso por sus propios compañeros
del Consejo.
Es el caso de Marlaska: el soberbio y vengativo juez de la Audiencia Nacional, impuesto por los poderes fácticos para contrarrestar
la imagen angelical del gobierno que
pretende vender Sánchez. Será incluso más duro que Fernandez Diaz y Zoilo.
Ha manifestado en las Cortes que es muy complejo retirar a “Billy
el Niño” los premios otorgados como
torturador. A la petición de explicaciones en Las Cortes sobre el informe elaborado por expertos aplicando el
Protocolo de Estanbul acreditando más de 4000 torturados en comisarías y
cuartelillos, se ha limitado a responder
a su interlocutora que el informe aludido no responde a la verdad, pues la única legítima es la judicial. Lo cual supone una falta de respeto al Protocolo implantado por la ONU. No parece que al nuevo ministro le preocupe guardar las formas, pues considera irrelevantes los aterradores testimonios de interrogados ante los jueces de la Audiencia Nacional. Induce
a provocación argumentar dificultades
para anular premios otorgados por
utilizar torturas para arrancar información a detenidos. Y ello a pesar de que
fue acusado de crímenes de lesa
humanidad por la jueza argentina, Serbini. En 1977 el gobierno le amnistió a
pesar de ser es imprescriptible según el derecho internacional.
No hay comentarios:
Publicar un comentario