LA DUDOSA ESTRATERIA INDUSTRIAL DEL GOBIERNO VASCO.
Los vascos tienen fama de buenos administradores de los fondos públicos,
pero hay que matizar: quizá sean recaudadores, pero no gastan con eficacia. Recaudar es fácil: consiste
en exigir según la ley. Pero a la hora de aplicar esos ingresos no se sabe priorizar y puede haber despilfarro,
pues hay muchas alternativas y deben ser analizadas. A pesar de que en los
presupuestos no menos del 80% son gastos comprometidos: que tienen un destino
predeterminado. Sólo resta un 20% de libre disposición cuya gestión exige pericia, experiencia y capacidad
selectiva. Es en esta área donde los gestores públicos vascos son bisoños. Porque
plantear la industrialización poniéndose
en manos de ·tiburones”, sin estar bien
informados es una temeridad y devienen múltiples sorpresas que actualmente estamos
conociendo: empresas que son subvencionadas generosamente por las
instituciones, en breve tiempo abandonan, unas veces por insolvencia, otras se
las llevan a Rumania o China; en la mayor parte de las fugas las
instituciones se enteran del “marrón” por la prensa. Querer solucionar el
problema de la crisis con ingenuidad poniéndose en manos de estos “inversores” demuestra que el equipo directivo
no está bien potenciado, pues inciden en aspectos con visión industrial, pero carecen
de capacidad estratégica, que no es un término militar, sino la capacidad para comprender
que la empresa es un ente dinámico que necesita una estrategia permanente.
Prueba de ello es que los recientes fracasos han afectado a empresas que en su día fueron
punteras, pero han errado al tomar
decisiones eficaces de futuro. Fabricaron electrodomésticos, papel, cocinas o
piezas para la automoción y lograron gran éxito en aquella coyuntura, pero no han sabido adaptarse
evolucionando el producto o las técnicas de marketing. Las decisiones estratégicas
críticas tomadas han sido erróneas porque los que las tomaron no son expertos
en prospectiva, son técnicos
cualificados, pero desconocen la función de
los estrategas Los “tiburones” permanecen
al acecho para captar subvenciones presentando proyectos brillantes que prometen crear empleo y con proyección exterior que
deslumbran a los técnicos. Estos se
limitan a analizar en contenido del proyecto, no su fundamento y esencia, pues
no son estrategas. Las instituciones
económicas vascas poseen aun mentalidad industrial, propia del siglo pasado.
Valoran en exceso la fabricación, pues consideran que “los departamentos de
servicios” son males necesarios. No han entendido todavía que la empresa en un
sentido global comprende todos los colectivos que la dinamizan para adaptarse al cambio permanente. De ahí
las crisis que se presentan de forma inesperada. Su visión es limitada, pues su referente es el mercado español,
un erial y que se basa en servicios
masivos, de escaso valor añadido y poco tecnificados, como el turismo y otros vinculados
a la temporalidad. Nuestros gobernantes
se sienten orgullosos porque tenemos la tasa de paro más baja del estado y
cuentas saneadas, pero es una complacencia banal, pues se debe competir en todo el mundo y desarrollar
nuestros propios proyectos y productos. Las instituciones no acaban de entender
que los fondos públicos son escasos, que pertenecen a toda la ciudadanía y deben ser administrados con la máxima eficacia. La crisis súbita de varias empresas es el resultado de la
impericia de los gestores públicos, quienes ante las crisis de empresas, el
G.V. debe hacer frente al problema de los
trabajadores que pierden sus puestos. La estrategia lógica hubiera exigido establecer
garantías sólidas de continuidad a los “emprendedores”,
siempre al acecho de subvenciones, para
evitar el “pelotazo” y para que las instituciones vascas argumenten excusas
que ni ellos se creen.
1 comentario:
Hace no mucho tiempo leí que en el parque industrial vasco se habían cerrado bastantes empresas, varías estaban en situación de ERES y otras habían sido externalizadas ( daban las cifras y lamento no haberlas retenido), pero el G.Vasco estaba bastante satisfecho de la forma que se estaba soslayando la crisis industrial y tenían confianza que dentro de poco tiempo ( un par de años?)se verían los resultados que estaban en el punto de mira de las empresas y del G.Vasco. (No es literal pero mas o menos es lo que entendí)
Respecto a los "tiburones", razón no te falta, Javier, pero ya no sólo en el País Vasco, extrapolarlo a todo el país y vemos que no pierden una entre beneficios fiscales, subvenciones, y abaratamiento de los salarios y despidos.
Hemos privatizado las ganancias y socializado las perdidas....en fin, que en el país de los chuches, los arriesgados tiburones se comen todo sin ningún escrúpulo...que cuanto peor para ti, mejor para mi y si ya tal la virgen rociera siempre echara un capote a los tiburones azules o blancos.
Saludos...
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