SONRISAS DE HIENA
En la reseña del Consejo de Ministros del 28 de noviembre
último ante la prensa, la Vicepresidenta
Soraya y el ministro De Guindos fueron sus interlocutores. Poco habría que
señalar sobre los acuerdos tomados, dada la gran capacidad de ambos para propagar
humo. En el turno de preguntas algún periodista pidió sus opiniones sobre el
borrador de programa hecho público por Podemos. Soraya comenzó con una sonrisa irónica de
superioridad a la que quería dar un tono cáustico y despectivo. Expresó varios lugares comunes
para restarle cualquier viso de rigor al citado borrador. A continuación dio la
palabra a De Guindos para que expresara su criterio sobre los contenidos
económicos del programa de Podemos. Su primera reacción fue una sonrisa provocativa
con toda la intención de introducir a las argumentaciones jocosas que siguieron
a continuación. No merece la pena ser transcritas, pues cuando se pretende a
priori descalificar una opinión, se dejan caer trivialidades con cinismo. Sin embargo, si se
pudo comprobar que Podemos les quita el sueño y sienten que les está segando la
hierba bajo los pies. Pero lo imperdonable fue que una Vicepresidenta y un Ministro, en una
rueda de prensa en la que se hacen públicos los acuerdos del Consejo de Ministros,
se hagan referencias jocosas contra un partido legal que ha presentado a la
comunidad su hoja de ruta y se le pretenda desacreditar con sonrisas de hiena
que muestran el estilo barriobajero y carencias profundas de los dirigentes. Actuaciones como estas son las que
ridiculizan a los políticos, pero que, en su necedad, no se dan cuenta de que
con sus impagables colaboraciones al buscar humillar al partido opositor ya saben que es el que les va a desalojar del
poder y temen que les vayan a descubrir
los cadáveres que tienen ocultos bajo las alfombras y deban visitar para
declarar en algún juzgado. No cabe duda
de que a Podemos le están haciendo gratis las campañas electorales próximas,
por tanto convendría sugerir al PP y al PSOE que se tranquilicen y que procuren
salvar en lo posible los muebles y traten de salir de sus abrevaderos lo más
discretamente posible. Quizá se les pueda aplicar al beneficio de que ignoraban
lo que sucedía, tal como ha hecho Ana Matos al dimitir/cesar. Ningunear al
opositor político, además de indignante, no produce réditos, sólo hace pasar el
ridículo a quien lo intenta.
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